¿Cuánto aguantamos de media sin distraernos realizando una tarea en concreto? La capacidad de atención de las personas se ha ido reduciendo a lo largo de los años. Así lo pone de manifiesto Gloria Mak, profesora en la Universidad de California y autora del libro Lapso de atención.
En él, la autora explica que “la atención media de una persona en 2014 que veía algo en una pantalla era de dos minutos y medio”. Sin embargo, ahora se ha reducido hasta los 47 segundos.
Esto resume a la perfección lo que está ocurriendo con nuestra capacidad de atención. No podemos estar haciendo algo, y concentrados, durante mucho tiempo porque nos cansamos y necesitamos estímulos.
Un ejemplo puede ser una clase con alumnos. ¿Pueden mantener los adolescentes la atención durante la hora que dura la clase? Resulta que ya hay estudios que demuestran que los estudiantes tienen caídas de atención con mayor frecuencia que hace tan solo unos años.
Es más, la decana de planificación académica de Columbia ha explicado en el New York Times que están estudiando cómo adaptar los planes de estudio al “cambio notorio” en la capacidad de concentración y atención de los estudiantes.
“Pensamos constantemente en cómo enseñamos porque la capacidad de atención ha cambiado desde hace 50 años”, asegura Lisa Hollibaugh, la decana, en el periódico de Estados Unidos.
Un ejército con capacidad de captar nuestra atención
La voz de alarma la ha dado también Johann Hari, divulgador y periodista, que se ha dedicado a entrevistar a cientos de neurocientíficos para un proyecto sobre la capacidad de atención. Los resultados de estas entrevistas los ha publicado en el ensayo El valor de la atención: Por qué nos la robaron y cómo recuperarla.
En ese ensayo, Hari ha llegado a la conclusión de que “hoy en día, lograr el estado de concentración necesario para hacer labores intelectuales complejas” es, dice, “una quimera”.
Los expertos lo ejemplifican de la siguiente manera. Cada vez que encendemos nuestro teléfono o la televisión, o caminamos por la calle viendo las marquesinas, hay “un ejército entero” destinado a captar y mantener nuestra atención. Y por ahora está ganando, porque cada vez necesitamos más y más estímulos y prestamos atención a menos cosas por menos tiempo.
“Por eso nos hemos acostumbrado a ver imágenes muy rápidas cuando vemos la televisión o el cine. Incluso los anuncios se han acortado. Solían ser mucho más largos”, explica Gloria Mark en el pódcast de la American Psychological Association.
Es decir, gran parte de la culpa de esta baja capacidad de atención, tanto en adultos como en jóvenes, la tiene la forma en la que nos presentan la información y los contenidos en internet o en televisión, y también la forma en la que nos relacionamos con ellos.
Varios investigadores de universidades de Alemania y Dinamarca midieron la atención colectiva en Twitter, ahora llamado X, observando cuánto tiempo permanecieron los hashtags en la lista de los más populares.
En 2013 permanecieron, en promedio, 17,5 horas, pero en 2016 ya bajaron a 11,9 horas.
Esto refleja cómo internet influye en la inmediatez de todos los asuntos y cómo eso afecta al nivel de atención sobre los mismos, pero no solo.
También influye en la baja capacidad de concentración la multitarea. La forma en la que trabajamos con varios frentes abiertos a la vez y la forma en la que vivimos, con mil y una cosas en la cabeza.
“Sabemos por décadas de investigación en el laboratorio que cuando las personas realizan múltiples tareas experimentan estrés y la presión arterial aumenta. Hay un marcador fisiológico en el cuerpo que indica que las personas están estresadas”, explica Gloria Mark.
“Entonces, cada vez que cambias tu atención hacia otra cosa, tienes que reorientarte hacia esa nueva actividad y volver a prestar atención, y esto lleva tiempo”, dice.
- Gloria Mak, profesora en la Universidad de California y autora del libro «Lapso de atención»
- Johann Hari, divulgador y periodista, y su ensayo El valor de la atención: Por qué nos la robaron y cómo recuperarla.
- American Psychological Association
- Estudio Accelerating dynamics of collective attention
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