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‘Make America Great Again 2022’: los candidatos radicales apoyados por Trump para las elecciones

portada Time Trump
Donald J. Trump | Sarah Silbiger (Efe)
Tiempo de lectura: 10 min

Con la temporada de primarias estadounidenses llegando a su fin, la mayoría de carreras para las elecciones de medio mandato de 2022 están definidas. Una de las conclusiones es clara. Decenas de candidatos republicanos del movimiento Make America Great Again (MAGA) de Donald Trump defienden las posturas más radicales.

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«Donald Trump y los republicanos MAGA representan un extremismo que amenaza las mismas fundaciones de nuestra República», dijo el presidente Joe Biden el pasado jueves en un discurso en Philadelphia. La ciudad más poblada de Pennsylvania será clave en los comicios de noviembre, cuando se deciden las mayorías en las cámaras legislativas federales.

Algunos de los candidatos pro-Trump más radicales compiten en carreras intrascendentes donde los demócratas son favoritos para alcanzar la victoria. Pero otros podrían ganar escaños legislativos federales y cargos ejecutivos estatales importantes. Y no solo han contado con el apoyo de Trump, sino que a veces incluso han tenido el de los demócratas.

¿La razón? Los demócratas creen que es más fácil competir contra candidatos en los extremos. A más historial polémico, más líneas de ataque. El expediente de algunos sin duda es controvertido, lo cual pone el discurso de Biden en mejor perspectiva. Los votantes pueden ahora atar los cabos y etiquetar a todos los republicanos como parte del mismo movimiento extremista MAGA.

Claro que el uso político que los demócratas hacen de esos candidatos no quita un ápice de gravedad a sus posturas. Las medidas radicales y las teorías de la conspiración que defienden siguen representando una amenaza contra los valores democráticos de Estados Unidos. Y eso va desde atentar contra la confianza en las instituciones a proponer la reversión de unos resultados electorales legítimos.

¿Pero quiénes son esos candidatos radicales apoyados por Trump? ¿Qué defienden? Y sobre todo, ¿qué posibilidades reales tienen de ganar sus elecciones?

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‘Establishment’ vs. Trump: unas primarias convulsas

Desde que Trump anunció su candidatura a la presidencia en 2015, el partido republicano ha estado dividido:

  • De un lado, el establishment fijado al conservadurismo tradicional: impuestos bajos, libre mercado, antiabortismo.
  • Del otro, el populismo de derechas que aboga por una retórica más descarnada y de confrontación que en Trump encontró a su mejor paladín.

Lo cierto es que el partido republicano tardó en volcarse con Trump. No fue hasta que el empresario ganó la nominación presidencial en 2016 que la balanza empezó a decantarse de su lado. Poco a poco, aquellos que le habían criticado, o bien bajaron la cabeza y adoptaron sus formas políticas, o bien abandonaron el partido.

  • Esa tendencia se aceleró con la presidencia de Trump porque los ataques constantes de la izquierda pusieron a los republicanos a la defensiva. No podía haber término medio.
  • Los candidatos trumpistas empezaron a ganar elecciones primarias republicanas. Y los detractores más destacados, como el senador Jeff Flake o el congresista Will Hurd, abandonaron el barco.

Con las elecciones presidenciales de 2020 primero y las de medio mandato de 2022 ahora, los candidatos radicales apoyados por Trump han tenido un papel cada vez más protagonista. Por ejemplo:

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Candidatos radicales pro-Trump, el statu quo en 2022

Taylor Greene y Boebert solo representan una minoría visceral del partido republicano en las cámaras del Capitolio. En esa minoría también cabría incluir a congresistas como Matt Gaetz, investigado por crímenes sexuales, o Paul Gosar, con vínculos preocupantes con el supremacismo blanco.

  • Todos ellos recibieron el apoyo de Trump para sus respectivas reelecciones y todos ellos han ganado sus primarias contra rivales más moderados.
  • Ninguno debería tener problemas para ganar en noviembre porque representan distritos profundamente conservadores que en muy rara ocasión votarían por un demócrata.

Existen varias razones por las que Trump los apoyó:

  • Primero, porque históricamente es más sencillo ganar cuando ya eres congresista. Trump puede anotarse una victoria fácil dando su apoyo a alguien que probablemente ganará sus elecciones.
  • Segundo, porque tienen un estilo combativo similar al suyo. Si algo han demostrado Taylor Greene, Boebert o Gaetz es que están dispuestos a salir en televisión en cualquier momento a soltar el comentario más contundente posible contra sus rivales demócratas.
  • Y tercero, porque le han demostrado una lealtad incuestionable. No solo no han criticado a Trump, sino que lo han defendido en las situaciones más difíciles, como cuando el FBI registró su residencia de Mar-a-Lago hace unas semanas.
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En cuestión de lealtad, nada premia más para Trump que defender las teorías de la conspiración sobre las elecciones de 2020. Todo candidato pro-Trump que se precie pregona la Gran Mentira por la que los comicios de ese año fueron amañados y que por tanto Biden no es el presidente legítimo de la nación.

  • Es decir, defienden que se produjo un fraude electoral a gran escala nunca demostrado.
  • Como ellos, otros 143 legisladores republicanos votaron en contra de certificar los resultados de aquellas elecciones, pero no todos siguen defendiendo que se produjera un fraude inexistente.

Los candidatos MAGA que podrían ganar en noviembre

Hay decenas de candidatos radicales apoyados por Trump que aspiran a ser compañeros de Taylor Greene o de Boebert en noviembre. O a conquistar las gubernaturas de algunos estados. Y no únicamente en distritos o estados conservadores. Hay candidatos que en noviembre podrían ganar en carreras competitivas. Eso es relevante por dos razones:

  • Primero, porque significa que los candidatos MAGA pueden ganar elecciones incluso en distritos y estados de donde se supone que deben salir políticos moderados. Es decir, los extremistas pasarían a tener mucho más campo de juego —y por tanto potencialmente más influencia y poder.
  • Segundo, porque significa que algunos candidatos con posiciones extremistas podrían tener influencia ejecutiva sobre procesos electorales en estados que deciden elecciones presidenciales.

Es el caso de cuatro candidatos a gobernador y tres candidatos a secretario de estado, el cargo ejecutivo con la labor de supervisar elecciones, que compiten en estados competitivos que Biden ganó por apenas unos pocos miles de votos en 2020. Los siete defienden la Gran Mentira y los siete han contado con el apoyo de Trump.

  • Doug Mastriano, candidato a gobernador de Pennsylvania, es el caso más flagrante. Organizó autobuses para ir a la manifestación del 6 de enero y participó en la marcha al Capitolio que después acabó en asalto. Compartió más de 50 tuits de cuentas de QAnon y participó en una conferencia de la misma ideología. Y jugó un papel clave en la trama de los electores1 con la que pretendió revertir la victoria de Biden en Pennsylvania.
  • Mark Finchem, candidato a secretario de Estado de Arizona, también participó en la marcha al Capitolio. Apareció en programas de radio de seguidores de QAnon y se llegó a identificar como miembro de la milicia de extrema derecha Oath Keepers.
  • Kristina Karamo, candidata a secretario de Estado de Michigan, rechaza la legitimidad de la victoria de Biden. También asegura que los asaltantes del Capitolio eran en realidad miembros de Antifa, no seguidores de Trump.

Un futuro incierto

Otros candidatos radicales pro-Trump como Kari Lake, que opta a ser gobernadora de Arizona, o Jim Marchant, que opta a ser secretario de estado de Arizona, defienden las mismas posturas que Mastriano, Finchem y Karamo, aunque sus vínculos con grupos e ideologías extremistas es más disperso. Y aunque no pregonan tan habitualmente teorías tan concretas sobre el fraude electoral como otros candidatos MAGA, sí cuestionan la legitimidad de la presidencia de Biden y aseguran que harán algo al respecto si ganan.

Las encuestas indican que la mayoría de ellos tendrá serias dificultades para ganar sus elecciones, pero lo relevante es lo extendida que está la premisa de desafiar los resultados electorales de 2020 entre las decenas de otros candidatos que compiten en otro tipo de carreras, algunas de ellas en zonas conservadoras donde su elección sí está prácticamente asegurada.

El medio de datos FiveThirtyEight publicó en julio un análisis de los 1.148 candidatos republicanos que habían competido en primarias hasta finales del pasado junio. Sus resultados son esclarecedores:

  • De los 340 que ganaron sus comicios a cargos estatales y federales para competir en las generales de noviembre, 120 rechazan los resultados de las presidenciales de 2020. Algunos de ellos, como Mastriano, incluso intentaron tomar medidas legales para revertirlos (sin éxito).
  • Otros 48 han sembrado dudas sobre el fraude electoral que de verdad pudo haber ocurrido.

Pero la Gran Mentira y los vínculos con QAnon, presentes en al menos 15 candidatos que compiten en carreras clave, son solo parte de la historia.

Más de un problema

Decenas de republicanos defienden posturas sobre el aborto rechazadas por una abrumadora mayoría de estadounidenses, incluidos algunos senadores y candidatos al Senado que prohibirían el aborto por completo sin excepciones por violación o incesto. Muchos de ellos también apoyan posturas que son profundamente impopulares entre los estadounidenses como:

  • Restringir el acceso al voto.
  • Recortar los impuestos a las grandes corporaciones.
  • Difuminar la separación entre Iglesia y Estado.
  • Rechazar cualquier vía para que los inmigrantes indocumentados puedan alcanzar el estatus legal en el país.

Sin olvidar la retórica visceral y confrontacional que abanderan candidatos radicales pro-Trump ya mencionados como Taylor Greene o Boeber.

El de los candidatos MAGA un estilo cada vez más habitual en la política estadounidense que se hará evidente conforme se acerquen las elecciones de noviembre y algunos de ellos lleguen a posiciones de poder en las que seguir pregonando sus ideas. A veces, con empujoncito demócrata de por medio.

Fuentes
1 En unas elecciones presidenciales en Estados Unidos, los candidatos deben ganar el voto popular de un estado para llevarse todos los votos electorales de ese estado. Por ejemplo, Biden había ganado el voto popular en Georgia, así que se llevó los 16 votos electorales de ese estado contra los 0 que se llevó Trump. Esos 16 votos electorales tienen forma de 16 electores que votaron a favor de Biden durante la cita del colegio electoral del 14 de diciembre. Trump y algunos de sus aliados propusieron listas falsas de electores alternativos en estados donde decían que se había producido fraude electoral, incluido Pennsylvania. Políticos como Mastriano pretendían que las listas sirvieran como justificación para rechazar los votos electorales que se certificaron el 6 de enero.

3 Comentarios

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  • Trump uses the term MAGA to his advantage, but it really is MAWIW, (Making America What I Want)

  • Trump utiliza el término de MAGA a su beneficio, pero realmente es MAWIW, (Making América What I Want).

  • Trump utiliza el término de MAGA a su beneficio, pero realmente es MAWIW, (Making América What I Want).