El calor actual condena al glaciar Aneto a desaparecer en 10 años, junto a otros que se derretirán antes de 2050

Desaparición del glaciar Aneto
Desaparición del glaciar Aneto | Faras / Vidaller et al.
Tiempo de lectura: 5 min

Desde hace ya unas semanas, las webs y guías de montaña recomiendan rutas pirenaicas que eviten pasar por el glaciar del Aneto. Junto al pico más alto de los Pirineos, en Benasque, se encuentran los los últimos hielos perpetuos en territorio español. El calor de los últimos veranos ha tornado en peligrosa su visita. Este año, la zona del Portillón Superior es la más tocada por la presencia de hielo muy duro y aumentan los riesgos de desprendimiento.

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La lenta desaparición de la nieve perpetua deja imágenes como la que ha trascendido recientemente en redes sociales, el resbalón de un montañero que quedó en susto pero que podría haber sido mucho más grave. El conocido como hielo negro, donde los crampones o los piolets no se clavan, ha provocado durante los últimos años accidentes, algunos de ellos mortales. Pero es también el síntoma de un glaciar que desaparece.

Un equipo del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), la Universidad de Extremadura y el CNRS francés ha constatado el rápido deterioro del glaciar del Aneto, que puede llevar a su desaparición antes de diez años, si las temperaturas continúan ascendiendo al ritmo actual. Desde 2011 los glaciares de los Pirineos han perdido más de 63 hectáreas de hielo, alrededor de 19 millones de toneladas de agua.

El proceso de desaparición ha avanzado lentamente durante miles de años. Esto es natural. Pero la aceleración de las últimas décadas sí que parece ligada a la emergencia climática propiciada por la humanidad. En los Pirineos, la temperatura media ha subido 1,6 grados desde 1959; 1,2ºC desde los años noventa, dejando al descubierto al glaciar del Aneto.

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Esta masa es un poco ‘el canario en la mina’ que alerta de la gravedad del calentamiento y el cambio del ecosistema. Estos días, el glaciar del Aneto presenta un aspecto negruzco. El hielo tiene una capa gelatinosa oscura hecha de bacterias, arqueas y polvo. Estos parches negros acumulan calor, que se suma al del aire.

El glaciar del Aneto, camino de partirse en tres

Ya el año pasado, el equipo del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC anticipaba que el glaciar se podría partir en dos antes de cinco años. En la actualidad ya se observa este fenómeno incipiente, según el estudio. Ahora, según mengua, podría quedar reducido a tres regiones, cambiando para siempre el paisaje. El hielo de las grietas de las rocosas se derrite y caen bloques. De ahí el peligro de desprendimientos en verano, cuando más visitantes recibe.

Algunos datos de la ya no tan lenta muerte del glaciar del Aneto:

  • Durante los últimos 41 años, el área total ha disminuido en un 64,7 %.
  • El espesor del hielo ha disminuido, en promedio, en 30,5 m. 
  • El espesor restante del hielo en otoño de 2022 fue de 11,9 m (frente a los 32,9 de 1981).
  • Cada año pierde 1,5 m de sus 11 m de grosor.

Al ritmo actual, el glaciar del Aneto habrá desaparecido en diez años o antes, si hay veranos tan cálidos como el de 2022.

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Explican los investigadores, liderados por Ixeia Vidaller, que “los resultados demuestran la situación crítica del glaciar”. También “encontramos que un año extremadamente cálido y seco, la temporada 2021-2022, conduce a una degradación drástica del glaciar, lo que representa un alto riesgo para la persistencia del Aneto, situación que podría extenderse a el resto de los glaciares pirenaicos en un tiempo relativamente corto”.

Los otros glaciares pirenaicos siguen el mismo camino

Aunque el glaciar del Aneto es el más emblemático, hace algo más de un siglo había medio centenar de glaciares en los Pirineos. Según el Boletín de Indicadores de Cambio Climático de 2020, quedan 21 y se ha perdido cerca del 90% de toda su superficie.

Glaciar Monte Perdido
El glaciar del Monte Perdido está en una situación límite

El glaciar de Monte Perdido, por ejemplo, está al límite. En 2011 quedó al descubierto un farallón de roca caliza que actúa como un radiador al acumular más energía, además la sedimentación de polvo sahariano arrastrado por el viento tiñe la nieve de color marrón disminuyendo su reflectividad y aumentando la fusión.

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En un reciente proyecto de investigación, EXPLORA PaleoICE, se indagó sobre la evolución del glaciar de Monte Perdido en los últimos 2.000 años. Explica Belén Oliva Urcía (UAM) que se preguntaron si persistió en otros periodos de calentamiento anteriores. La conclusión fue que los glaciares pirenaicos han resistido otros cambios climáticos, pero desaparecerán con este.

Estos gigantes de hielo son dinámicos, se mueven y varían con el tiempo. En los Pirineos, no es la primera vez que menguan. Lo novedoso es que pierden hielo tan rápido que se condenan a una muerte casi segura. Además, en unas cuantas décadas, no es cientos o miles de años, como sucede de manera natural.

Las precipitaciones también se han trastocado, según indican los registros. Han descendido alrededor de un 10% en los últimos 60 años. Como en otros lugares de la península y conforme a las proyecciones de la emergencia climática, cada vez llueve más torrencialmente. Las lluvias ya no se extienden a lo largo del otoño y la primavera. Se dan episodios a veces extremos, tanto en verano como en invierno.

Fuentes