Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por distintos textos en los que se afirma que los vacunados pueden poner en riesgo a los no vacunados, al transmitirles “efectos secundarios de la vacuna” como la de Pfizer por “contacto cutáneo”, esto es, por la piel, o a través del aire.
Según estos contenidos hay mujeres no vacunadas que han sufrido abortos por “proximidad física” con personas vacunadas. Se trata de un bulo viral en países como Estados Unidos y que ya circula por las redes sociales en España. En estos contenidos se hace una interpretación errónea de unas frases, fuera de contexto, de un documento de Pfizer, que fue publicado antes de la autorización de su vacuna.
En su informe la farmacéutica establecía un protocolo por si, en un hipotético escenario, alguna mujer embarazada tenía contacto con el líquido derramado de un vial o lo inhalaba cuando la vacuna aún estaba en fase experimental. Pero no se dice que es posible que un vacunado “transmita los efectos secundarios” de la vacuna por “proximidad física” a una persona que no ha recibido la inyección, como aseguran los textos virales.
El origen del bulo
En las publicaciones que hemos recibido se menciona un informe que publicó Pfizer en 2020 titulado “Estudio de las fases 1/2/3 para describir la seguridad, tolerabilidad, inmunogenicidad y eficacia de los candidatos a la vacuna de ARN contra el COVID-19 en individuos sanos”.
En el documento, publicado antes de que la vacuna de Pfizer/BioNtech fuese autorizada contra la COVID-19, se describe cómo serán las pruebas de investigación de la vacuna en personas. En concreto, se detalla el protocolo para la realización de la primera, segunda y tercera fase de ensayos clínicos, donde se estudia la eficacia de la vacuna en humanos y la aparición de posibles efectos secundarios.
En la sección 8.3.5.1 del documento se explica que, si durante las pruebas de investigación de la vacuna en personas, una persona embarazada o en periodo de lactancia está expuesta a la vacuna se debe informar a la farmacéutica.
Por ejemplo, si una persona que participa en el ensayo clínico recibe la vacuna sin saber que estaba embarazada o se queda embarazada poco después, debe notificarlo. También si un hombre que ha recibido la inyección “expone” a una mujer a la vacuna, es decir, la deja embarazada.
En el documento también se especifica que hay que notificar si una mujer embarazada o en periodo de lactancia ha tenido “exposición ambiental” a la vacuna.
“Ejemplos de exposición ambiental incluyen que un miembro femenino de la familia [del participante] haya estado expuesto a la intervención [a la vacuna] por inhalación o contacto con la piel”, se dice en el informe.
También se debe notificar “si un miembro de la familia o proveedor de atención médica masculino ha estado expuesto a la intervención [vacuna] del estudio por inhalación o contacto con la piel y luego expone a su pareja femenina antes o alrededor del momento de la concepción”.
Las publicaciones por las que nos habéis preguntado tergiversan esos párrafos y aseguran que “Pfizer admite en este documento que es posible exponer a otro ser humano a la vacuna COVID-19 de ARNm sólo por respirar el mismo aire o tocar la piel de la persona que ha sido vacunada”.
Pero se trata de una teoría falsa que también se ha difundido en Canadá y Estados Unidos bajo el nombre de “vaccine shedding”, como recogen otros verificadores.
La interpretación que se hace del documento sobre vacunas como la de Pfizer y el “contacto por la piel” es errónea
Desde Pfizer explican a Newtral.es que el protocolo del ensayo lo que describe son las medidas para informar de la posible exposición a la vacuna durante el embarazo a un profesional sanitario o a las compañías que realizan el estudio. Pero descartan una diseminación por “contacto por la piel” o por la transmisión por proximidad con un vacunado. Esta vacuna de es una inyección intramuscular y solo actúa en las personas que reciben el pinchazo, como vemos en el prospecto.
El inmunólogo Scott Halperin, director del Centro Canadiense de Vacunología, también precisa a medios que, en realidad, esa parte del documento de Pfizer que se tergiversa en los contenidos virales se refiere a una hipotética situación en la que un participante en el ensayo o el profesional sanitario se expone a los componentes de la vacuna como resultado de un accidente, como derramar algo de vacuna mientras la prepara o romper un vial e inhalarlo.
La jerga legal cubre todas las posibilidades, aunque sean muy improbables. En cualquier caso, eso no quiere decir que la “exposición ambiental” a la vacuna contagie los efectos adversos a los no vacunados, añade.
La vacuna de Pfizer/BioNtech no contiene virus vivos
“Es más, la vacuna Pfizer/BioNTech contra la COVID-19 es una vacuna de ARNm sintético y no contiene ninguna partícula de virus. Dado que no se produce ningún virus en el cuerpo, no se produce diseminación en el cuerpo humano”, recuerdan desde la farmacéutica. Ninguna de las vacunas autorizadas hasta el momento en España y Estados Unidos contienen virus vivos, insiste la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios
El genetista Lluís Montoliu explica a Newtral.es que la vacuna de Pfizer/BioNtech contra la COVID-19 está basada en la técnica de ARNm. En concreto, el ARNm de las vacunas incluye instrucciones para que nuestras propias células fabriquen proteínas similares a las del virus. Nuestro sistema inmune reconoce que esta proteína no debería estar en nuestro cuerpo y aprende a defenderse.
Tampoco es posible que los vacunados transmitan los posibles efectos adversos de las vacunas o infecten con el coronavirus a través de esas proteínas a los no vacunados, confirman desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos a Reuters.
Además, como recuerdan desde el departamento de Medicina de la Universidad de San Diego (EEUU), una vez entregadas estas instrucciones, el ARNm se degrada a lo largo de 12 horas en el organismo del vacunado y las proteínas que se crean para enseñar al cuerpo a defenderse desaparece a lo largo de 48 horas.
La seguridad de la vacuna durante el embarazo
En estos contenidos virales también, además de los supuestos contactros de la vacuna por la piel, se asegura que la vacuna contra la COVID-19 “interrumpe el ciclo menstrual” y “puede causar aborto espontáneo” incluso en las mujeres no vacunadas.
Como ya explicamos, no es posible que las no vacunadas tengan efectos adversos causados por las vacunas. En el caso de las personas que sí han recibido la inyección, desde el Ministerio de Sanidad de España informan de que en base a los datos disponibles -que no indican ningún efecto adverso sobre el embarazo– y las recomendaciones de otros países, sí se propone vacunar a las embarazadas o mujeres en periodo de lactancia con vacunas de ARNm cuando les corresponda según el grupo de priorización al que pertenezcan.
En otros países como Estados Unidos y Reino Unido también se recomienda a las embarazadas vacunarse. De hecho, el 23 de abril las autoridades sanitarias estadounidenses informaron de que no se habían observado «problemas de seguridad para las personas vacunadas contra la COVID-19 en el tercer trimestre de embarazo ni problemas de seguridad para sus bebés».
El Gobierno británico aconseja que “se ofrezca a las mujeres embarazadas la vacuna COVID-19 al mismo tiempo que a las personas de su misma edad o grupo de riesgo”. Una recomendación que se ha adoptado tras analizar los datos sobre seguridad de las vacunas en mujeres embarazadas en otros países. En Estados Unidos, “unas 90.000 mujeres embarazadas han sido vacunadas y no se han detectado problemas de seguridad», dice el Ejecutivo de Reino Unido en su web.
Desde Pfizer también explican a Newtral.es que “no se ha descubierto que la vacuna cause infertilidad. Se ha sugerido incorrectamente que las vacunas COVID-19 causarán infertilidad debido a una secuencia de aminoácidos compartida en la proteína de la espiga del SARS-CoV-2 y una proteína de la placenta. Sin embargo, la secuencia es demasiado corta para dar lugar a una autoinmunidad”.
“Además, un estudio de cohortes en el que se comparan los resultados de los embarazos con y sin infección intercurrente por el SARS-CoV-2 no muestra ninguna diferencia en los resultados, lo que desacredita aún más la teoría”, añaden.
Respecto a los cambios en el ciclo menstrual, no se recoge como posible efecto adverso en el prospecto de la vacuna de Pfizer/BioNtech. Aún no hay datos suficientes sobre esta supuesta reacción en vacunadas, pero las personas que no han recibido la vacuna no pueden tenerla por “exposición ambiental” a la vacuna, como ya hemos indicado.
“Los casos de menstruación anormal no han sido un evento adverso reportado en el ensayo clínico de fase 3 de la vacuna; aún así, continuamos monitorizando la salud de los participantes en el ensayo durante dos años después de recibir su segunda dosis de la vacuna“, sostiene la farmacéutica.