No, las patentes de dióxido de cloro no prueban su “seguridad y eficacia” contra enfermedades en personas

El dióxido de cloro no presenta toxicidad alguna por lo que incluso es usado para limpiar y desinfectar sangre de donantes humanos, como se muestra en una patente
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Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por distintos contenidos en los que se defiende por su eficacia y seguridad el uso del dióxido de cloro contra el coronavirus y en otros procedimientos médicos, como la desinfección de la sangre en transfusiones. 

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Según estos mensajes, la existencia de patentes de dióxido de cloro, registradas en Europa y Estados Unidos, avala la utilización de esta sustancia. Pero, según recuerdan los expertos, una patente en el ámbito biomédico no demuestra la eficacia y seguridad del producto en personas

Además, las autoridades sanitarias no recomiendan el consumo de dióxido de cloro contra la COVID-19 ni como medicamento de ningún tipo por los problemas de salud que puede ocasionar. Te lo explicamos. 

No, una patente no demuestra la seguridad y eficacia de un producto, tampoco del dióxido de cloro

En uno de los vídeos, compartido por redes sociales, se muestra una patente titulada “gas de dióxido de cloro para su uso en el tratamiento de infección por virus respiratorio”. Según se dice en el vídeo, la existencia de ese documento muestra que el dióxido de cloro es “seguro y eficaz” contra los virus.

“El Gobierno, el Ministerio de Sanidad y líderes de todos los partidos políticos decían que lo del dióxido de cloro es mentira, es lejía y es tóxico. Pero que sepáis que los políticos y los medios de comunicación nos han mentido. El dióxido de cloro está patentado desde 2014 como método eficaz para el tratamiento de virus respiratorios y es inocuo. Es seguro, no tiene toxicidad para seres humanos en las dosis adecuadas”, se dice en el vídeo. 

Pero como explica el neurobiólogo y catedrático de la Universidad de Salamanca José Ramón Alonso, quien ha escrito sobre las patentes del dióxido de cloro, “una patente es una protección comercial, no dice nada sobre la eficacia y seguridad de un tratamiento”.

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La patente no da permiso a su titular para usar la técnica

La patente de la que se habla en el vídeo, registrada por la farmacéutica japonesa Taiko Pharmaceutical, está publicada en la Oficina Española de Patentes. Como leemos en el propio documento, recibió la concesión europea el 6 de agosto de 2014. 

Desde Newtral.es hemos contactado con la Oficina Europea de Patentes (EPO) que nos confirma que “la patente fue efectivamente concedida por la EPO en 2014” y que “una patente para esta invención se presentó originalmente en la Oficina de Patentes de Japón”.

“No obstante, la existencia de una patente no da a su titular el permiso para hacer uso de la invención en la práctica”, aclaran.

“El uso y la explotación de la tecnología o invento siguen estando sujetos a las leyes y reglamentos nacionales. En el ámbito de los productos farmacéuticos, otros organismos sanitarios, como la Agencia Europea del Medicamento y la Administración de Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, son responsables de las decisiones sobre el uso de los medicamentos”, destacan. 

La Oficina Española de Patentes también aclara a Newtral.es que la patente de la que se habla en el vídeo se refiere a la preparación de gas de dióxido de cloro para su uso en el tratamiento de una enfermedad provocada por infección por virus respiratorio. 

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“Pero la idea es para fumigar una sala, no para administrar el producto a una persona con el fin de evitar o aminorar que el virus se propague (por ejemplo, si vienen a ese espacio personas ya infectadas la idea es eliminar el virus flotante)”, subrayan desde esta oficina.

“De todas formas, es importante recordar que una patente es tan solo un derecho exclusivo frente a terceros pero no da una autorización de comercialización para que se venda en farmacias o algo parecido. Tampoco la patente es una garantía de excelencia técnica”, añaden desde la oficina española.

“Lo único que se valora en una patente es si tiene novedad, actividad inventiva y aplicación industrial con respecto al estado de la técnica anterior”, insisten.

La eficacia del dióxido de cloro: es “una lejía”

En el vídeo que estamos verificando sí se aclara que la patente es para el uso del dióxido de cloro contra los virus a través de fumigación y para tratar un espacio. Pero también se insiste en que la patente muestra la eficacia y seguridad del dióxido de cloro para el tratamiento del virus y, como hemos detallado, no es así. 

Xavier Giménez Font, profesor titular del Departamento de Ciencia de Materiales y Química Física y miembro del Instituto de Química Teórica y Computacional de la Universidad de Barcelona, subraya que los desinfectantes como el dióxido de cloro “no son medicamentos puesto que atacan todas las formas de vida”.

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El neurobiólogo José Ramón Alonso también coincide en esto y afirma a Newtral.es que “el dióxido de cloro es una lejía. Como tal puede desinfectar el agua, un quirófano, una manzana o un destornillador”. 

“Pero otra cosa es beberlo. Si está a concentración relativamente alta causará daños, si está a concentración relativamente baja no hará nada. La trampa es mezclar ambas cosas y decir por un lado que se comprueba que desinfecta (frente a los virus) y luego beberlo muy diluido y decir que no causa daño”, añade. 

En cualquier caso, “no se ha demostrado que los productos de dióxido de cloro sean seguros y tengan eficacia para ningún uso, incluyendo la COVID-19”, insisten las autoridades estadounidenses en un comunicado publicado en abril 

Los peligros de consumir dióxido de cloro 

El consumo del dióxido de cloro contra la COVID-19 no está avalado ni por las autoridades sanitarias ni por la comunidad científica. En septiembre de 2020, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió una alerta en la que advertía que “el dióxido de cloro es un oxidante fuerte y su consumo supone un riesgo para la salud y que puede ser grave en algunos pacientes y requerir hospitalización”.

“Su consumo directo puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, que pueden llevar a deshidratación, fallo renal, anuria, anemia hemolítica y metahemoglobinemia. Sus vapores pueden causar irritación ocular o respiratoria, broncoespasmo o incluso edema pulmonar”, alerta la AEMPS. 

También el Instituto Nacional de Toxicología advirtió de que se trata de un compuesto nocivo para la salud. Asimismo, la FDA de Estados Unidos remarcó en 2019 que ingerir esta sustancia es como “beber lejía”, como ya señalaban a Newtral.es los expertos. 

Este 2021 desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS), afiliada a la Organización Mundial de la Salud, han vuelto a insistir en que no hay evidencias que apoyen el uso del dióxido de cloro contra el coronavirus.

No, no hay evidencias de que el dióxido de cloro sea eficaz y seguro en las transfusiones de sangre

En otra de las publicaciones virales de Facebook también se habla de una de las patentes del dióxido de cloro registradas en Estados Unidos para apoyar su uso para “la desinfección de la sangre”.

“El dióxido de cloro no presenta toxicidad alguna por lo que incluso es usado para limpiar y desinfectar sangre de donantes humanos”, se asegura en la imagen, que ha sido compartida cientos de veces en redes sociales. 

La imagen se ha difundido acompañada de un mensaje en el que se dice que “el 28 de Mayo de 1991 fue otorgada a la compañía Alcide la patente (US 5019402) para la comercialización de un producto que usa el dióxido de cloro, para la desinfección de sangre y otros componentes de la sangre. Desde 1994 es obligatoria en toda bolsa de sangre en el mundo”.

En otra verificación ya hablamos de la desaparecida marca Alcide y de otros bulos que se han difundido relacionados con sus productos. 

Además, según recoge en este artículo el equipo de Chequeado, miembro de la red internacional de verificadores ICFN como Newtral.es, la patente de la que se habla está vencida y su registro no está exento de la autorización de uso por los organismos sanitarios pertinentes, que no recomiendan la sustancia “para ningún uso”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sangre se almacena en “contenedores plásticos estériles y desechables que contienen soluciones anticoagulantes y preservantes”. Esta solución normalmente “contiene citrato, fosfato, dextrosa y, con frecuencia, adenina”, pero el organismo no menciona el dióxido de cloro. 

Ramón Alonso también desmiente en su blog de divulgación científica el supuesto uso del dióxido de cloro en las transfusiones sanguíneas para eliminar patógenos y microbios de la sangre que está contaminada

Además, en Newtral.es también hemos desmentido otros bulos relacionados con el dióxido de cloro. Como que una corte internacional de derechos humanos hubiera reglamentado su uso y avalado la utilización de esta sustancia. O que el dióxido de cloro cura el cáncer.

En definitiva, las patentes son una protección comercial, que no prueba, por sí sola, la eficacia y seguridad de un tratamiento médico. Como ejemplo de ello, el catedrático Ramón Alonso recuerda la patente en la que se plantea tratar la impotencia usando aroma a dónut y a regaliz.

Fuentes

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