En los últimos días ha circulado por WhatsApp y por Facebook un mensaje que asegura que si todos los votos que obtuvo el PDeCAT hubieran ido a Junts, los partidos independentistas tendrían 81 diputados en el Parlament. Es falso. En realidad, la diferencia sería mínima en número de escaños: Junts ganaría tres representantes que perderían Esquerra (uno) y el PSC (dos). Junts sería el partido con más diputados, pero la mayoría independentista aumentaría en tan solo dos escaños (de 74 a 76).
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Para hacer este cálculo, tenemos que partir de la fórmula d’Hondt, que es la que se aplica en Cataluña y en el resto de España para trasladar en escaños los votos conseguidos en las urnas. Esta fórmula consiste en dividir el total de votos de un partido entre todos los números naturales hasta llegar al total de escaños (en Barcelona, pues, se divide entre 1, 2, 3, 4… y sucesivamente hasta llegar a 85). Los valores más altos de las divisiones de todas los partidos serán los escaños. Este cálculo se tiene que hacer para cada circunscripción con los escaños que haya en juego (85 por Barcelona, 17 por Girona, 15 por Lleida y 18 por Tarragona) y teniendo en cuenta que para formar parte del reparto hay que superar el 3% de los votos (como establece el artículo 163.1 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General).
¿Qué pasaría con la mayoría independentista si sumamos los votos del PDeCAT a los de Junts?
Para hacer la suposición de lo que hubiera pasado si todos los apoyos que recibió el PDeCAT hubieran ido a Laura Borràs, tenemos que recalcular el reparto de escaños en cada circunscripción a través de la fórmula d’Hondt. Hemos empleado dos simuladores, ICON y portalelectoral.com, y los hemos comprobado a través de los cálculos en Excel.
En Girona y Tarragona, no habría ningún cambio en el reparto de escaños si sumamos los apoyos que obtuvo el PDeCAT a los cosechados por Junts. En el primer caso, los de Laura Borràs se quedarían a tan solo 103 votos del último escaño, en poder de la CUP, mientras que en el segundo, a Junts le faltarían 755 sufragios para llegar al último escaño, a manos de Vox.
En cambio, sí que habría leves variaciones en las otras dos circunscripciones. En Barcelona, con los 53.000 votos del PDeCAT, Junts llegaría a los 18 diputados (ahora son 16), a costa de uno de ERC y uno del PSC. Los socialistas se quedarían con 22 escaños y ERC empataría a 18 con Junts. En Lleida, los 7.000 votos del PDeCAT pemetrían a Junts conseguir un escaño y llegar a los 6. El diputado lo perdería el PSC, que se quedaría con 2.
Por lo tanto, el Parlament quedaría de la siguiente manera: 35 diputados de Junts (tres más que en la realidad), 32 de ERC (uno menos), 31 del PSC (dos menos), 11 de Vox, 9 de la CUP, 8 de En Comú Podem, 6 de Ciutadans y 3 del PP.
Sin embargo, las elecciones no son matemáticas puras. Según reseñó el politólogo francés Maurice Duverger, de un sistema electoral derivan dos efectos: el efecto mecánico y el efecto psicológico. El primero es el que resulta de la conversión matemática (de los cálculos) para traducir votos en escaños y que es el que hemos explicado: cómo cambiaría el número de escaños con un número de votos distinto, aplicando estrictamente la fórmula d’Hondt.
Pero no podemos afirmar con toda seguridad que todos los votantes del PDeCAT se hubieran desplazado a Junts; algunos hubieran podido abstenerse, otros optar por el PSC o por ERC y algunos (no sabemos cuántos) podrían haber votado, efectivamente, por la lista encabezada por Carles Puigdemont y Laura Borràs. Por lo tanto, es falso que con los votos del PDeCAT sumado a los de Junts los independentistas tendrían 81 escaños porque las matemáticas lo desmienten, pero a su vez el comportamiento electoral de los votantes podría haber sido distinto y es imposible de prever con rotundidad.
Este artículo es fruto de la colaboración entre los equipos de Verificat y Newtral como parte de las elecciones catalanas del 14F.
