Es falso que la COVID-19 ya apareciera en un estudio financiado por la Comisión Europea en 2008

El coronavirus y el SARS-CoV3 aparecen en un estudio chino financiado por la Comisión Europea en 2008
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En las últimas semanas han comenzado a circular publicaciones en redes sociales que afirman que el SARS-CoV-2 y el SARS-CoV-3 ya figuraban «en un estudio financiado por la Comisión Europea en el año 2008». El estudio al que hacen referencia se publicó dicho año en el Journal of Clinical Microbiology, la revista médica de la American Society for Microbiology. Los términos SARS-CoV2 y SARS-CoV3 aparecen en la publicación, pero no tienen nada que ver con el virus surgido en Wuhan. Te explicamos qué significa.

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Un nuevo método de detección de virus

El estudio es bastante complejo. Los autores, que pertenecían al Departamento de Inmunoensayo y Diagnóstico Molecular del Centro Nacional de Laboratorio Clínico de China, trataban de crear un nuevo método para la detección de virus ARN. «El sistema —explica a Newtral.es el doctor en Virología y profesor de Biotecnología de Coronavirus, Javier Cantón— consistía en crear partículas similares a virus con su mismo material genético». 

Estas partículas similares a virus están rodeadas de una envuelta membranosa. «Es una capa de proteína que permite poder inocularlas en una sustancia u organismo», aclara el doctor en Virología. «Por fuera tienen la capa proteica que la envuelve y, por dentro, en una única molécula de material genético, trocitos de distintos virus: del virus de la Hepatitis C, del SARS-CoV-1, del virus de la gripe, etc. Una vez realizado ese paso, con una cantidad conocida del material genético del virus, los científicos utilizan un sistema de detección que va a ser lo suficientemente sensible como para determinarlo».

El virólogo explica que, a la hora de decidir qué añadir, «como el genoma del SARS-CoV-1 es bastante grande —aproximadamente 30.000 nucleótidos— cogieron tres fragmentos genéticos del SARS». Es aquí donde aparece la confusión si leemos este estudio en 2020: en estos tres fragmentos del SARS-CoV-1 y en la terminología empleada en el estudio.

A esos tres fragmentos los nombraron como SARS-CoV1, SARS-CoV2 y SARS-CoV3, respectivamente. Cada uno de esos nombres alude a tres construcciones hechas utilizando tres fragmentos genéticos distintos del SARS-CoV, el virus que en 2003 provocó un brote global de síndrome respiratorio agudo grave (SARS), afectando a más de 8.400 personas, según la Organización Mundial de la Salud.

https://twitter.com/Javier__CB/status/1314925302762606593?s=20
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Es decir, «no están hablando del actual virus SARS-CoV-2 ni del 3, que ni siquiera existe», razona Cantón. «Lo que están describiendo es que a la hora de montar la partícula han optado por meter tres fragmentos de material genético del SARS-CoV-1, que por aquel entonces se llamaba simplemente SARS-CoV, pues era el único que existía». Por ese motivo los investigadores no habrían visto ningún inconveniente en utilizar la nomenclatura con el 1, el 2 y el 3 detrás, ya que esto les facilitaba describir de una manera más sencilla los tres fragmentos que habían utilizado.

Una colaboración para combatir el SARS

El desarrollo de esta partícula está explicado en el propio estudio. Gracias a ella, los investigadores finalizaron su sistema de detección de material genético de virus. En las conclusiones explican que su método de detección reduce la mano de obra y los costes de calidad para detectar virus ARN.

Como figura en el propio estudio, este fue financiado, en parte, con fondos del Proyecto SEPSDA de la Comisión Europea, siglas del Proyecto entre Europa y China sobre diagnóstico y fármacos antivirales contra el SARS. El objetivo del programa, que duró de 2004 a 2008, era combatir «y eventualmente erradicar» el nuevo coronavirus surgido en 2003, causante del síndrome respiratorio agudo severo (SARS). La colaboración con el Centro Nacional de Laboratorio Clínico de China también aparece de forma pública en la web del SEPSDA.

La publicación del estudio de estos investigadores se realizó en una revista de prestigio en la comunidad científica como es el Journal of Clinical Microbiology. Un hecho que investigadores de todo el mundo no habrían pasado por alto durante 12 años si el estudio versase sobre dos virus desconocidos hasta la fecha. El SARS-CoV-2 se descubriría y secuenciaría a raíz del brote surgido en la ciudad de Wuhan que inició la pandemia de coronavirus.

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