En esta foto, es verano en Venus. Noche de verano para nuestro terrícola hemisferio norte, porque es de julio de 2020. Es ahora cuando hemos podido conocerla. La NASA ha presentado esta instantánea capturada por la sonda Parker, que va camino del Sol.
El borde de la esfera brilla, pese a que no le da la luz solar. El instrumento WISPR de Parker detectó un borde luminoso que puede ser un resplandor nocturno: luz emitida por átomos de oxígeno en lo alto de la atmósfera que se recombinan en moléculas en el lado nocturno.
✨ Take off to the planet… Venus.
— NASA (@NASA) February 25, 2021
Our @NASASun mission #ParkerSolarProbe snapped this image of Venus’ nightside during a July 2020 flyby, revealing stunning views: https://t.co/3EPraEMrJf pic.twitter.com/lwZOFlHJTZ
La característica oscura prominente en el centro de la imagen es Afrodita Terra, la región montañosa más grande de la superficie de Venus.
Las rayas brillantes, por su parte, generalmente son una combinación de partículas cargadas, llamadas rayos cósmicos, luz solar reflejada por granos de polvo espacial y partículas que chocan contra la sonda.
De todas formas, la ciencia todavía debate los orígenes específicos de estas rayas, explican desde el Complejo para las comunicaciones del espacio profundo de la NASA en Madrid. Porque no está claro que el instrumental de Parker pueda verlas en Venus.
Una sorpresa infrarroja
Ese aspecto de la imagen cogió al equipo por sorpresa, señala en una nota Angelos Vourlidas, científico del proyecto WISPR del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins. “WISPR está diseñado y probado para observaciones de luz visible. Esperábamos ver nubes, pero la cámara apuntó directamente a la superficie de Venus”.

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Venus en un barco
La vieja teoría resucitada de que hay posible vida extraterrestre flotando en las nubes de Venus
Esta sorprendente observación envió al equipo de WISPR de vuelta al laboratorio para comprobar si ese instrumento no estará siendo mejor de lo que pensaban. O sea, ve más allá de lo que lo hace el ojo humano.
En concreto, están recomprobado la sensibilidad de WISPR a la luz infrarroja. Si esta herramienta de Parker realmente puede captar longitudes de onda invisibles al ojo humano, con frecuencias por debajo del color rojo (parecidas a los rayos del mando a distancia), Parker puede convertirse en un superinstrumento para estudiar el polvo del Sol.
Si el instrumento se está comportando como esperaban inicialmente, están mostrando algo «desconocido en la atmósfera de Venus».
Pero si no puede captar longitudes de onda infrarrojas adicionales, entonces estas imágenes, que muestran características llamativas en la superficie de Venus, pueden haber revelado una “ventana” previamente desconocida a través de la atmósfera de Venus.
“De cualquier manera”, dijo Vourlidas, “nos esperan algunas oportunidades científicas emocionantes”. Aunque el objetivo de Parker sea nuestra estrella, Venus juega un papel fundamental en la misión: la nave espacial pasa cerca del planeta un total de siete veces en el transcurso de su misión de siete años, utilizando la gravedad de este para modificar la órbita de la nave.
Venus ya nos ofreció una sorpresa que se desinfló al poco tiempo: fosfina, un gas vinculado a procesos de la vida –aunque no sólo–, pero en grandes cantidades. Al final, parece que algún artefacto estadístico pudo estar detrás de unos cálculos erróneos. Y aquello nos volvió a dejar ante un Venus tóxico y estéril. Pero no menos brillante. Incluso en sus luminosas noches.
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