La brecha de género educativa persiste en la universidad. La presencia de mujeres, que son mayoría entre los estudiantes matriculados (56%) se difumina a medida que ascienden de categoría. Solo un 49% de las tesis son leídas por ellas, representan el 43% del personal docente investigador (PDI) y el 25% de los catedráticos, según el ranking de la Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo).
Esta tendencia se agrava para las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por su siglas en inglés). Solo el 36% de los matriculados en alguno de estos grados son mujeres, el 37% de las tesis las leen ellas, ocupan el 30% del PDI y solo el 23% llegan a ser catedráticas, el rango más alto en la carrera docente.
La brecha de género educativa se mantiene en la universidad
Tras años de políticas públicas de igualdad, cambios en modelos educativos y una sociedad más sensibilizada, la brecha de género educativa está lejos de desaparecer en la universidad y aún quedan por romper varios techos de cristal. Según confirman las investigadoras que han realizado el ranking de la Fundación CYD, la brecha de género lejos de cerrarse, se va consolidando un curso tras otro.
Las investigadoras Natalia Ayuso y María Villarroya, profesoras del Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Zaragoza y miembros de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), explican que el informe se hace eco de dos tipos de segregaciones: “La segregación horizontal que hace que haya muchos más hombres en unas titulaciones y muchas más mujeres en otras; y la vertical que hace que a las mujeres les cueste mucho más accedera a los puestos de mayor categoría, responsabilidad y remuneración económica”, apuntan a Newtral.es.
Esta realidad se traduce en cifras. Solo el 25,7% de las mujeres están matriculadas en grados de ingenierías y Arquitectura frente al elevado porcentaje que escoge estudiar carreras de Ciencias de la Salud (71,4%), según datos que recoge el Ministerio de Universidades en su último informe. Lo que demuestra que la elección de estudios universitarios aún responde a estereotipos de género.
La brecha de género educativa es mayor para las carreras STEM
El informe subraya tres carreras concretas donde las tasas de matriculaciones de mujeres son especialmente bajas: Matemáticas (14%), Física (17%) e Ingeniería eléctrica (19%). Frente a Biología (62%), Química (55%) y Arquitectura (50%), que son los grados incluidos en las STEM que prefieren las mujeres.
Incluso en las disciplinas donde la matriculación de mujeres supera a la de hombres, se cumple la tendencia: solo un 36% del total de catedráticos de Biología son mujeres, un 32% de los químicos y un 19% del total de los arquitectos.
Las conclusiones de otros informes oficiales reflejan la misma brecha de género educativa. El estudio que presentó el Ministerio de Educación el pasado mes de febrero, Radiografía de la brecha de género en la formación STEAM, muestra que el porcentaje de hombres matriculados en disciplinas como Matemáticas, Informática y otras titulaciones tecnológicas es cada vez mayor.
En cambio, en aquellos itinerarios vinculados a la salud y a los cuidados, las mujeres representan una amplia mayoría frente a los hombres tanto en Formación Profesional como en la universidad.
Las mujeres desaparecen de las carreras técnicas
En concreto, llama la atención en el informe del Ministerio el número de mujeres del grado superior de Formación Profesional de Informática (página 90). Si en el curso 2000/2001 las mujeres rozaban el 27% del total de alumnos matriculados, en 2019/2020 superan por poco el 10%.
En cuanto a estudios universitarios, el informe concluye que ni alumnos ni alumnas eligen estudios de los ámbitos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas; y se mantiene o profundiza el sesgo de género en quienes los cursan, a pesar de la “alta demanda laboral y reconocimiento social” que tienen estas carreras. La brecha más importante se produce en los grados de Ingeniería Informática (página 189) y Matemáticas (página 199).
En el curso 1985/1986, el 30,12% del alumnado en Ingeniería Informática eran mujeres, ahora el 12,74%. En el grado de Matemáticas, las alumnas han pasado de representar la mitad del total del aula (50,68%) a solo el 36,26%.
Carmen Fenoll, la presidenta de AMIT y catedrática de la Universidad de Castilla-La Mancha, explica las razones de que las mujeres hayan desaparecido de las carreras técnicas en las últimas décadas. “Informática ha pasado de ser una licenciatura a una ingeniería, con el consecuente prejuicio de género percibido por la sociedad, que disuade a las mujeres de elegir estudiar este tipo de carreras cuando llegan a la universidad”.
Y lo mismo ha pasado con el grado de Matemáticas. “Las mujeres optaban por esta carrera en los años 80 porque servía para ser profesora de Secundaria en los institutos, ahora se ha transformado en una carrera muy demandada y competitiva: el hardware, el big data, la ingeniería computacional…”.
Para Fenoll, la brecha de género educativa es un círculo vicioso que aún está lejos de romperse: estos ámbitos con mayores posibilidades de empleo y sueldo que la media de carreras están muy masculinizados, lo que desmotiva a las mujeres que prefieren no elegir carreras tecnológicas o de ciencias más duras. Según la experta, esta falta de motivación comienza a cocerse en los colegios, en concreto durante la Educación Secundaria.
La brecha comienza a abrirse en el colegio
El informe del Ministerio concluye que las estudiantes empiezan a alejarse de las disciplinas de ciencias en el colegio y plantea la necesidad de “despertar la motivación e interés de niñas y adolescentes por las áreas y materias científico-tecnológicas en la educación primaria y secundaria, y su consecuente incorporación a trayectorias de este ámbito en la educación superior, tanto de Formación Profesional como universitaria”.
Las investigadoras Ayuso y Villaroya explican que, según sus estudios, “las niñas en la educación primaria sienten que se les da peor las matemáticas y se ponen más nerviosas ante exámenes de esta materia, y esto se acrecienta conforme se hacen más mayores”. Además, desde la psicología se apunta que uno de los factores que determinan la elección de estudios es sentirse capaz de realizarlos. “Si las chicas sienten que las matemáticas no se les dan tan bien, es más difícil que elijan estudios donde las matemáticas son una parte fundamental”.
Por ello, según la opinión de las expertas consultadas, la formación del profesorado de primaria es clave. “Necesitan formación específica para enseñar de forma práctica la ciencia, tecnología y matemáticas e incluir la perspectiva de género”, comentan Ayuso y Villaroya.
“La intervención en los colegios y en el ámbito social y familiar es fundamental”, indica, por su parte, Fenoll. “Desde AMIT y muchas otras asociaciones tenemos programas con los colegios para demostrar que la ciencia y las ingenierías también están al servicio de las personas como la sanidad, que es la rama científica que más escogen las mujeres”.
La idea es afianzar este mensaje para reducir los “prejuicios de género” y la “socialización diferenciada” de niños y niñas que “refuerzan un modelo segregado en el que ellos inventan y calculan y ellas cuidan y se encargan de velar por el bienestar de la comunidad”, según los objetivos de la Alianza STEAM, una iniciativa de el Ministerio de Educación de la que AMIT forma parte.
- Ranking de la Fundación CYD 2022
- Radiografía de la brecha de género en la formación STEAM
- Datos y cifras del Sistema universitario español del Ministerio de Universidades
- Alianza STEAM
- Carmen Fenoll, la presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) y catedrática de la Universidad de Castilla-La Mancha
- María Villarroya y Natalia Ayuso, profesoras del Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Zaragoza y miembros de AMIT