Decenas de publicaciones en las redes sociales han compartido en los últimos días la imagen de una botella de aceite de girasol que muestra una dirección en Sevilla, acompañada de la afirmación de que el 95% de este producto es elaborado en esa provincia de Andalucía. Por lo cual, según los mensajes virales, la invasión rusa en Ucrania “no debe afectar su precio”. Sin embargo, es falso. La dirección que aparece en la etiqueta de la botella realmente corresponde al lugar de la envasadora Sovena y no al origen de la materia prima, como aclara esa empresa a Newtral.es.
“Si os fijáis en las etiquetas de los aceites de girasol, comprobaréis que en el 95% tienen su origen en Sevilla. Dicho esto, el aceite de girasol ha subido prácticamente un 100% y culpan a la guerra de Rusia y Ucrania”, señalan usuarios de Facebook y Twitter desde el 10 de marzo, días después de que trascendiera que los supermercados españoles empezaron a racionar la venta de este producto. La imagen compartida corresponde a un envase de aceite vendido por Mercadona y en el que aparece la dirección “carretera la Rinconada, Sevilla”, marcada con un círculo.
La dirección que aparece en las botellas de aceite de girasol no precisa el origen de la materia prima
La dirección que la empresa Sovena muestra en las etiquetas de las botellas de aceite de girasol no indica el origen de la materia prima, sino el lugar donde el producto fue envasado. “La dirección que aparece en la botella es la de las instalaciones de Sovena, en Brenes (Sevilla), donde embotellamos el aceite”, explica a Newtral.es el portavoz de la compañía, Miguel Hernández.
“Dado nuestro volumen de producción, en Sovena trabajamos con proveedores de diferentes mercados y, lógicamente, Ucrania, que es el más relevante, tiene un peso importante”, agrega Hernández. Aunque algunos usuarios en las redes sociales dudan de que la guerra en Ucrania tenga efectos en la producción de aceite girasol, Sovena dice que sí hay un impacto. Desde la empresa señalan que la situación les obliga a prepararse para “las campañas futuras» y a “buscar posibles alternativas” para evitar un impacto mayor el próximo año”.
Además, las normas de etiquetado de los alimentos en la Unión Europea exigen que en los productos envasados se indique “el nombre y la dirección del explotador de la empresa alimentaria establecido en la UE o del importador”. En el caso de Sovena, se precisa el lugar de la obtención del aceite y no el del origen de la materia prima, según Tomás García Azcárate, economista agrario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Ucrania es el principal proveedor de aceite de girasol crudo en el mundo
García Azcárate, funcionario del CSIC, explica a Newtral.es que España tradicionalmente importa no solo aceite de girasol desde Ucrania sino también pipas o semillas de girasol que son trituradas en territorio español para la producción del líquido graso. “A grandes cifras, España produce en torno a las 650.000 toneladas de pipa e importa en torno a las 200.000 y 220.000 toneladas, concretamente fueron 242.214 toneladas métricas de semillas de girasol en el 2020, aunque cambia de un año a otro”, dice retomando cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Según Sovena, Rusia y Ucrania representan el 85% de la producción mundial de semillas de girasol, y Ucrania juega un papel más decisivo en esta ecuación, ya que es el principal proveedor de aceite de girasol crudo en el mundo. “En este contexto, y dada la incertidumbre derivada de la guerra en Ucrania, la solución lógica es encontrar esas alternativas al girasol, pues el mercado también puede centrarse en otros aceites, como la soja, la colza o el aceite de oliva”, comentó la empresa.
Como lo contamos en este artículo, las importaciones de aceite de girasol en 2021 ascendieron a 532.000 toneladas, de las cuales el 69% llegó de Ucrania, según datos de DataComex, el portal de estadísticas de comercio exterior de bienes de España del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.