Las becas que los alumnos de estudios postobligatorios piden pero no llegan son más del 50%. En concreto, el 57,3% de las 1.362.309 becas que se solicitaron para el curso 2022/2023 se rechazaron por parte del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Tan solo 582.275 becas fueron concedidas, que representan el 42,7% de las solicitadas.
En una respuesta escrita a una pregunta parlamentaria presentada por el Partido Popular (PP), el Ministerio de Educación y Formación Profesional explica que “cada año se conceden becas hasta agotar el presupuesto del correspondiente ejercicio presupuestario”. Es decir, pese a no haber concedido todas las becas solicitadas, el Ministerio sí ha agotado todo el dinero que tenía asignado a esta partida.
De momento no se tienen datos sobre a cuántos estudiantes podrá beneficiar el aumento en el presupuesto de las becas aprobado por el Gobierno.
Las expertas consultadas por Newtral.es explican que tanto las familias como los alumnos tienen que hacer frente a multitud de dificultades para poder acceder a las becas, lo que hace que no lleguen a las personas que más las necesitan.
Aumenta el número de becas concedidas pero no son suficientes, según las expertas
Cynthia Martínez-Garrido, profesora de Métodos de Investigación y Evaluación de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, opina que “a pesar de que esté bien que aumente la cuantía de las becas, el discurso debería enfocarse en las dificultades de acceso y en otras cuestiones, como, por ejemplo, las becas para alumnos con alguna discapacidad”.
Además, Belén Espejo, profesora de Política Educativa en la Universidad de Salamanca asegura que “llama la atención que el presupuesto que se contempla para becas se pueda saturar con tanta facilidad y que se establezca un techo que no responda a estudios planificados sobre necesidades y colectivos vulnerables que deberían estar más representados en este capítulo de inversión”. “El incremento que se ha producido entre el curso anterior y el presente es ligeramente superior, lo que cuestiona la idea de las ayudas al estudio como un pilar de igualdad en materia de política educativa”, afirma Espejo.
El poder de la información o cómo aumentar el número de becas concedidas
En la respuesta del Gobierno, el Ministerio de Educación hace referencia a que los alumnos conocerán con anterioridad a comenzar el curso académico si han recibido o no la beca para estudiar. “Se prestará especial atención a los gastos de residencia fuera del domicilio familiar; todo ello, con el fin de proseguir en la consecución del objetivo de que ningún estudiante abandone sus estudios por motivos económicos”, aseguran.
No obstante, Espejo muestra preocupación por que las becas “lleguen a quien tienen que llegar”. “Se produce lo que se conoce como el efecto Mateo. El poder de la información es discriminatorio, hay colectivos que necesitan la beca que no la piden porque no les llega la información para ello”, asegura la profesora de la Universidad de Salamanca.
A su vez, Martínez-Garrido apunta a que habría que “mejorar la formación en cuanto a cómo solicitar las becas” con la esperanza de que aumenten las concedidas. “Hacer una página web no lo soluciona ya que hay muchas personas que todavía usan el papel o directamente no tienen acceso a un ordenador, sobre todo las familias más vulnerables”, afirma. De hecho, la experta señala que al volver a cambiar el plazo de solicitud de la beca hace que se dificulte el proceso para las familias con menos recursos, ya que en muchos casos “no tienen ni tiempo para estar pendientes o mirarlo”.
Inversión en publicidad junto con orientación en los colegios y universidades
El dato del Ministerio de Educación se refiere a las becas de estudios postobligatorios, pero tanto para Espejo como para Martínez-Garrido, aunque se haya hecho un esfuerzo en impulsar la dotación de las becas no es suficiente si el número de concedidas sigue estando por debajo del 50% de las solicitadas.
Para ambas expertas esto podría solucionarse con una mayor publicidad y mejor gestión de las becas. Como, por ejemplo, una mayor orientación en los centros educativos, ya sean colegios o universidades, con la familia o los alumnos, una mayor labor de difusión y contacto directo. Espejo asegura que, si se educara en cómo pedir estas becas y se ayudara a ello, “habría una cultura colectiva del carácter de este tipo de fondos, de que no todo el mundo tiene por qué pedirlos y optar a ellos si no los necesitan”.
Martínez-Garrido explica que en muchas ocasiones las familias ni siquiera tienen tiempo para ir a los centros educativos o los alumnos los recursos para acceder a la información, por lo que también asegura que estas becas podrían publicitarse en marquesinas o espacios públicos para ver si aumentan las concedidas.
- Respuesta escrita del Ministerio de Educación y Formación Profesional al Grupo Parlamentario Popular
- Cynthia Martínez-Garrido, profesora de Métodos de Investigación y Evaluación de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid
- Belén Espejo, profesora de Política Educativa en la Universidad de Salamanca