No hay evidencias de que en los años 80 los enfermos de SIDA murieran por el tratamiento AZT

No hay evidencias de que en los años 80 los enfermos de SIDA murieran por el tratamiento AZT
En los años 80 y 90 los enfermos de SIDA morían por el tratamiento AZT y no por el virus. Anthony Fauci recomendó este fármaco.
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Circula por Facebook, Twitter y WhatsApp una imagen que asegura que en los años 80 y 90 del siglo pasado “los enfermos de SIDA morían no por el virus sino por el tratamiento AZT”. “¿Recordáis quién era el doctor que recomendaba dicho tratamiento? Efectivamente, era Anthony Fauci”, señala el contenido que estamos verificando. Fauci es director desde 1984 del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciones de Estados Unidos (NIAID, por sus siglas en inglés) y una de las caras del gobierno norteamericano en la lucha contra la COVID-19. 

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Sin embargo, se trata de una afirmación engañosa. Según los especialistas y el propio NIAID, no existen evidencias que sostengan que el tratamiento Azidotimidina o AZT, el primero para tratar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), provocase la muerte. Se trata de un bulo muy arraigado en el negacionismo del SIDA. Sí que es cierto que Fauci recomendó el tratamiento, pero lo hizo como representante de la institución pública de la que era director. Ni él ni el NIAID se encargaron de su aprobación o de su desarrollo.

La afirmación proviene de un artículo negacionista del SIDA

Como reporta el verificador Science Feedback, miembro de la red internacional IFCN al igual que Newtral.es, la afirmación de que el AZT mató a más personas que el propio virus se originó a partir de una cita especulativa de un artículo de 1989 de la revista de música Spin, escrito por la negacionista del SIDA Celia Farber, donde no aporta ninguna evidencia. El gabinete de comunicación del NIAID también confirma a Newtral.es que “la noción de que el AZT causa la muerte es un mito arraigado en el negacionismo del SIDA”. 

El AZT fue el primer antirretroviral que se aprobó en Estados Unidos para tratar la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y la enfermedad que provoca, el SIDA, en 1987. Este antirretroviral no tenía como objetivo la cura de la enfermedad, sino retrasar la mortalidad. 

En ese año, la Organización Mundial de la Salud había reportado un total de 71.751 casos de SIDA alrededor del mundo. Y según la Fundación para la Investigación sobre el SIDA (amfAR), ese año se reportaron más de 40.000 muertes y 50.000 nuevos casos en Estados Unidos

La aprobación se llevó a cabo a raíz de un ensayo clínico donde se analizó la eficacia del AZT en 282 pacientes de SIDA. Según los resultados, publicados en la revista The New England Journal of Medicine, se demostró que el AZT disminuía la mortalidad de los pacientes a corto plazo. Este ensayo se tuvo que aprobar y finalizar antes de lo esperado por la rapidez a la que avanzaba la enfermedad en los participantes del ensayo del grupo placebo.

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Hemos preguntado a la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), encargada de la aprobación del AZT, y nos remite a su página web, donde afirma que “dada la urgencia de la terapia, aprobamos el medicamento con la evidencia de un solo ensayo clínico y paramos el ensayo clínico a las 19 semanas porque los pacientes que tomaban el placebo estaban muriendo abrumadoramente más rápido que los que tomaban el AZT”, y no podían beneficiarse del tratamiento. “Continuar con el ensayo no habría sido ético”, añade. 

Los ensayos clínicos no sostienen el argumento de que el AZT pudiera ser mortal

El tratamiento fue controvertido por su precio (unos 8.000 dólares al año) y porque no funcionó en todas las personas. Tras su aprobación, se reportaron algunos efectos secundarios graves, entre ellos, acidosis láctica y anemia y leucopenia que más tarde se asociaron a una supresión de la médula ósea. Pero, como afirma el NIAID, “los resultados de los ensayos clínicos no apoyan el argumento de que el AZT pudiera provocar la muerte”

Durante varios años fue el único tratamiento disponible, según afirma la página web del NIAID. Más tarde, en 1993, un estudio llamado Concorde y publicado en la revista The Lancet demostró que, a largo plazo, el AZT no reducía la mortalidad y no había diferencia entre la mortalidad de los que habían recibido el tratamiento y los que no. 

El NIAID nos ha remitido a la página de recursos sobre el VIH y el SIDA The Body, donde se afirma que “el seguimiento a largo plazo de estos ensayos no mostró un beneficio prolongado del AZT, pero tampoco indicó nunca que el fármaco aumentara la progresión de la enfermedad o la mortalidad”. 

Antonio González Bueno, catedrático de Historia de la Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), afirma a Newtral.es que el fármaco “tuvo algunos problemas hasta lograr una dosis adecuada, en ausencia de cualquier otra solución, pero se trata de un producto autorizado hoy”. “Sus beneficios son mayores que sus riesgos, en caso contrario, se hubiera retirado del mercado”, añade.

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El AZT se usa hoy en día en las terapias combinadas contra la infección de VIH

Una de las hipótesis de que no funcionase a largo plazo fue que al administrarlo como monoterapia, es decir, sin otros fármacos, se produjera una resistencia viral al AZT en los pacientes. Esto motivó a crear las terapias combinadas que se usan hoy en día para tratar la infección por VIH. 

De hecho, el AZT es uno de los 30 fármacos aprobados por la FDA que se utilizan hoy en día como terapia combinada para tratar la infección por VIH en adultos y niños y como monoterapia en embarazadas VIH positivas para evitar la transmisión al bebé. También en España se utilizan terapias combinadas con este fármaco. 

Anthony Fauci estuvo a favor del AZT, pero no era encargado de su aprobación

La imagen que estamos verificando también afirma que Anthony Fauci, director desde 1984 del NIAID, recomendó este tratamiento. 

Es cierto que Fauci se pronunció en los medios a favor del AZT en 1986 como director del instituto público NIAID, que albergaba un programa de lucha contra el SIDA desde ese mismo año, pero ni él ni su organización fueron los encargados de su desarrollo o de su aprobación. La aprobación se llevó a cabo, como cualquier otro medicamento, a través de la FDA

En conclusión, el texto de la imagen que estamos verificando es engañoso. No hay ninguna evidencia de que en los años 80 y 90 el tratamiento AZT contra el SIDA provocase la muerte. Además, aunque Fauci se posicionó a favor del tratamiento AZT, no fue el único que lo recomendó ni tuvo papel en su aprobación ni desarrollo. 

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Se han compartido varios bulos sobre Anthony Fauci

En Newtral.es ya hemos desmentido varias afirmaciones sobre Fauci. Por ejemplo, es falso que dijese que los asintomáticos no transmiten el virus, el vídeo estaba cortado y sacado de contexto. También es falso que Christine Grady, su esposa, fuese la jefa de la “empresa” que aprueba la vacuna contra la COVID-19. Grady es jefa del Departamento de Bioética de los Institutos Nacionales de Salud, un centro que no se encarga de la aprobación de medicamentos ni vacunas en Estados Unidos.

Fuentes

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