Existen algunas ayudas públicas que excluyen a ciertos perfiles según su renta, mientras que a otras puede acceder quien quiera siempre que cumpla ciertos requisitos. ¿Por qué a veces atienden a criterios de renta y otras no? Analizamos con expertos los pros y contras en cada caso.
“La inclusión o no de un tope, económico o de otro tipo, para acceder a una ayuda pública es un tema controvertido”, apunta Antonio Jesús Sánchez-Fuentes, director del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI-UCM). Por eso, Luis Miguel Miller, investigador del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, cree que “para decidir si meterlo o no habría que pensar sobre todo en la finalidad de la ayuda”.
Ayudas públicas con tope de renta. Son aquellas en las que uno de los requisitos indispensables para acceder implica no pasarse de un tope económico concreto. “Tienen que ver con políticas redistributivas de la riqueza y están enfocadas para que lleguen a una parte concreta de la población más desfavorecida”, explica Miller.
“Cuando se dispone de información suficiente, es preferible acotar quiénes pueden ser los posibles beneficiarios”, dice Sánchez-Fuentes. “La contrapartida es que son programas más costosos de gestionar porque hay que verificar quién cumple los requisitos y quién no, y existe el riesgo de fomentar que beneficiarios potenciales queden excluidos de la misma”, añade este experto.
¿La razón? Las ayudas que tienen un criterio de renta que las tope suelen ser más difíciles de pedir, y como la comprobación de esa renta requiere cierta burocracia, hacen que crezca la denominada brecha de cobertura (Non Take-Up en inglés), que afecta a personas que pudiendo solicitar esta ayuda pública, no lo hacen por algún motivo, apunta Miller.
- Esto ocurre, por ejemplo, con el ingreso mínimo vital (IMV) y especialmente con la prestación por hijo asociada al IMV (CAPI), explica Miller. Como se trata de una ayuda con tope de renta para la que hay que solicitar y presentar documentación, además de estar obligado a presentar la declaración de IRPF a pesar de que sea una renta exenta, hay posibles solicitantes que no la piden por desconocimiento o miedo al rechazo.
Ayudas públicas sin tope de renta. Son aquellas en las que no existen requisitos relacionados con la renta, por lo que puede acceder a ellas cualquier persona independientemente de su economía familiar. Suelen ser más fáciles de pedir y su tasa de cobertura es mayor, llegando mejor a quienes lo necesitan.
Están “relacionadas con políticas sociales concretas, como incrementar la natalidad o compensar los costes directos e indirectos de la discapacidad”, por ejemplo, como apunta Sánchez-Fuentes. Muchas, además, se perciben a modo de deducciones en la declaración de la renta.
- Es el caso, por ejemplo, de la deducción por maternidad, que se puede solicitar por adelantado para percibir 100 euros al mes en este concepto, el de las deducciones para la discapacidad o el de las ayudas a las familias numerosas.
Otro problema vendría de la mano de las deducciones. En este caso, Miller recuerda que hay familias que puede que no presenten la declaración de la renta por no estar obligadas y no llegar al mínimo y con ello no accederían a la deducción o ayuda. “El debate se está moviendo hacia las ayudas universales, precisamente para asegurar que lleguen a todos los que lo necesitan”, dice Miller.
¿Habría que topar las ayudas aunque fuese muy arriba? El eterno debate. “Depende del objetivo de la política concreta. Si queremos incidir sobre un colectivo que tenemos ya identificado, convendría adaptarse a las características socioeconómicas que lo definen”, insiste Sánchez-Fuentes.
Y pone el ejemplo de la ayuda de 20 céntimos por litro de gasolina que tuvimos en España hace unos años ante la escalada de precios. “Fue una ayuda universal que buscaba simplicidad y un impacto inmediato”, explica, aunque “posiblemente tuvo un efecto regresivo, al beneficiarse también las familias y colectivos con mayores niveles de renta”. A juicio del experto, en este caso concreto, focalizando la ayuda sobre los transportistas, por ejemplo, se hubiera amplificado –y mejorado– su impacto en distintas dimensiones, como luego se hizo.
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