Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por distintos mensajes antivacunas en los que se afirma que “la primera autopsia realizada a una persona vacunada contra la COVID-19 reveló que el cuerpo estaba plagado de ARN viral”, es decir, de restos del material genético del coronavirus.
Según estos contenidos, la persona fallecida presentaba restos del virus “en todos sus órganos” a pesar de haber recibido la vacuna contra la COVID-19. “Esto significa que la vacuna no funciona en absoluto” y que el virus “se propaga más rápido en los vacunados”, se dice en estas publicaciones, compartidas por redes sociales.
Pero es falso. En estos contenidos se hace una interpretación errónea de los resultados de una autopsia que se publicaron en junio en un estudio de la revista International Journal of Infectious Diseases.
El propio autor principal del estudio, Torsten Hansen, de la Universidad de Bielefeld (Alemania), desmiente a Newtral.es las afirmaciones que se hacen en estas publicaciones sobre su investigación. No se ha demostrado que la persona a la que se le realizó la autopsia muriese por la COVID-19.
Tampoco se hallaron restos del coronavirus en “todos sus órganos” ni se encontró en la persona “nada que pudiese interpretarse como un efecto secundario de la vacunación”, explica el científico.
Tras revisar el estudio de la autopsia, al que es ajeno, el médico internista Miguel Marcos, del Hospital Universitario de Salamanca, también informa a Newtral.es de que “lo que dice realmente la investigación es que la vacuna funcionó y que, pese a la infección por SARS-CoV-2, el paciente no tenía daño por el virus”.
El origen del bulo sobre la autopsia a un vacunado contra la COVID-19
La revista científica International Journal of Infectious Diseases recoge en su volumen de junio de 2021 un estudio sobre la autopsia de un hombre de 86 años con COVID-19 y vacunado con una primera dosis de Pfizer-BioNtech que había muerto por una insuficiencia renal y respiratoria aguda.
El 13 de junio, el estadounidense Hal Turner publicó en la web de su programa radiofónico The Hal Turner Radio Show una interpretación “engañosa” de los resultados de esta autopsia. Según Turner, la vacuna contra la COVID-19 que recibió la persona fallecida “no impidió que el virus entrase en todos los órganos del cuerpo”. Los contenidos que circulan en español por redes sociales se basan en estas declaraciones de Turner sobre la autopsia.
El verificador estadounidense PolitiFact -que forma parte de la red internacional de verificadores IFCN al igual que Newtral.es- explica en su web que Turner es “un presentador de radio de extrema derecha que ha apoyado la retórica de la supremacía blanca y ha difundido información errónea sobre los orígenes del coronavirus”.
¿En qué consiste el estudio sobre la autopsia del vacunado contra la COVID-19?
El autor principal del estudio sobre la autopsia, el investigador Torsten Hansen, nos explica que Turner ha malinterpretado sus resultados y sus declaraciones son “engañosas”.
“En primer lugar hay que recordar que existen diferentes tipos de publicaciones médicas. Nuestro informe describe la historia de un paciente y sus resultados deben interpretarse con cuidado. Para sacar conclusiones generales, como en el caso de los pacientes vacunados contra el SARS-CoV, se necesitan muestras más amplias en los estudios”, añade.
Hansen explica a Newtral.es que en su estudio se describe a un paciente que recibió su primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNtech.
Dos semanas y media después, el paciente desarrolló diarrea y fue ingresado en el hospital. Durante su estancia en el centro sanitario, el paciente dio positivo por COVID-19 y, dos días más tarde, falleció a causa de una neumonía bacteriana.
“El hecho de que el paciente, en el examen de la autopsia, no mostrara ningún signo característico de la COVID-19, aunque fuera positivo, nos llevó a analizar la respuesta de anticuerpos [por la vacuna]”, explica Hansen.
Las afirmaciones falsas del texto sobre la autopsia en un vacunado contra la COVID-19
Tanto en las declaraciones de Turner como en los contenidos difundidos en español se afirma que en la autopsia se encontró “ARN viral en prácticamente en todos los órganos del cuerpo”.
Pero no es así. “En primer lugar, analizamos solo nueve órganos, lo que no supone ‘la mayoría de todos los órganos humanos’. Siete de estos nueve órganos analizados en nuestro estudio tenían ARN viral (restos del coronavirus). Por lo que es simplemente erróneo afirmar que el ARN viral se encuentra en todos los órganos del cuerpo [a partir de esa autopsia en concreto]”, explica Hansen.
El autor principal del estudio también aclara que, a partir de la autopsia, se concluyó que “el paciente murió de neumonía bacteriana y no de COVID-19”.
“Nuestro paciente, a pesar de ser positivo por COVID-19, no murió por esta enfermedad. Sugerimos que la respuesta inmunitaria gracias a la vacunación fue capaz de prevenir la COVID-19”, destaca Hansen.
Desde Newtral.es también hemos contactado con el médico internista del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca Miguel Marcos, quien tras revisar el estudio del autopsia, al que es ajeno, coincide con Hansen. “El estudio indica que el paciente no tiene infección grave por COVID-19, lo que puede ser gracias a la vacunación”.
Las vacunas autorizadas contra la COVID-19 son eficaces y seguras
Por ello, es falso que “la vacuna no funcione en absoluto” y que “el virus se propaga más rápido en las personas vacunadas”, como se afirma en los contenidos que estamos verificando.
Hansen también subraya que, en definitiva, los investigadores no encontraron en la autopsia “ningún hallazgo específico que pudiera interpretarse como efecto secundario de la vacunación”.
Algunos de los contenidos que estamos verificando también contienen afirmaciones falsas sobre las proteínas S (también traducidas del inglés como de “espiga” o “pico”) y su supuesta toxicidad, que ya hemos desmentido en Newtral.es.
Las autoridades sanitarias recuerdan que las vacunas autorizadas contra la COVID-19 son eficaces contra la enfermedad y cumplen con los requisitos de seguridad de las agencias reguladoras de medicamentos.