Un producto de bacterias del intestino dispara la ateroesclerosis, pero controlar el colesterol sigue siendo clave

Aorta de ratón sano, ratón con propionato de imidazol y ratón tratado contra esa sustancia | CNIC
Aorta de ratón sano, ratón con propionato de imidazol y ratón tratado contra esa sustancia | CNIC
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La ateroesclerosis es el endurecimiento y estrechamiento de venas y arterias por inflamación crónica. Esto deriva en enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte natural en casi todo el mundo. Hasta seis de cada 10 personas de entre 40 y 55 años sanas pueden presentar sus primeros signos. Tener ciertos niveles de colesterol alto se ha asociado típicamente al riesgo de ateroesclerosis. Eso es así. Pero ahora se ha descubierto un nuevo mecanismo ligado a la microbiota del intestino. Lo han visto en ratones y en humanos.

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  • Lo nuevo. Hay bacterias tras la ateroesclerosis, pero lo la causan directamente ellas. Un equipo del CNIC ha descubierto que una molécula que producen las bacterias (no necesariamente infecciosas) de la microbiota intestinal es responsable de un tipo de inflamación característica de la ateroesclerosis. En concreto, es una sustancia que se da en el metabolismo bacteriano (metabolito), llamada propionato de imidazol. Además, es capaz de romper las placas que se acumulan en las arterias, favoreciendo la formación de trombos. El resultado se publica esta semana en Nature. Esto coincide bastante con algo publicado el pasado marzo en Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology.

  • Por qué es importante. Hasta ahora, se controla el riesgo de ateroesclerosis teniendo a raya el nivel de colesterol en sangre y la tensión arterial. Quizás, en el futuro, se puedan desarrollar fármacos que neutralicen a esa molécula que producen las bacterias habitantes en el intestino (o bloqueen las puertas de entrada o receptores que activan al sistema inmune, generando inflamación). Para David Sancho, jefe del laboratorio de Inmunobiología del CNIC, “este descubrimiento es importante porque abre una nueva vía de tratamiento”. El propionato de imidazol puede desatar una cascada de reacciones inmunitarias en las que las propias defensas del organismo generan daños a los tejidos (autoinmunidad).

  • Sí, pero esto sería a futuro. En el medio plazo, lo interesante es que estas moléculas proinflamatorias se pueden detectar, destaca la primera firmante del estudio, Annalaura Mastrangelo (CNIC).Ver este marcador en sangre representa una gran ventaja dado que las pruebas actuales requieren técnicas de imagen avanzada complejas y costosas que no están cubiertas“ por el Sistema Nacional de Salud.

    Eso sí, no hay un método, a día de hoy, en que baste con hacerse un análisis o test en el hospital, para ver si se es positivo en el metabolito propionato de imidazol. Están trabajando en ello.

Ojo, que no te la cuelen:

  • No existe una dieta milagro para evitar este metabolito de la microbiota del intestino. En todo caso, sí que se observa en el estudio cierta correlación con menores niveles de propionato de imidazol entre quienes dijeron seguir una dieta mediterránea.

  • No existe un probiótico milagro, entre otras cosas porque “no hay bacterias buenas o malas en el intestino”, precisa Mastrangelo. Depende del contexto. Así que si alguien trata de vender una sustancia probiótica para tu intestino que prometa reducir el riesgo de ateroesclerosis, estará engañando. “Ni siquiera sabemos si el propionato de imidazol puede tener funciones beneficiosas en otros contextos, activando al sistema inmune”, aclara Sancho.

  • No es el fin de las estatinas, los medicamentos para controlar el colesterol en sangre. De hecho, las mayores reducciones de riesgo de ateroesclerosis se vieron en animales en los que no sólo se controlaba ese metabolito de las bacterias del intestino. Sí en los que se les daban estatinas también.
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No es sólo el intestino: Hay que controlar el colesterol para evitar la ateroesclerosis

El colesterol es el villano habitual tras enfermedades cardiovasculares y eventos como el infarto de miocardio. Particularmente, por su capacidad para desarrollar ateroesclerosis, conocida y probada desde hace décadas. Los medicamentos a base de estatinas han sido un rentable boom para la industria farmacéutica desde los años ochenta. Eso ha desatado algunas teorías de la conspiración alrededor de estos medicamentos, que algunas personas consideran innecesarios.

Este estudio no demuestra que es algo distinto al colesterol lo que provoca ateroesclerosis. Iñaki Robles, coautor de este trabajo, recuerda el ensayo que hicieron en ratones: sólo inhibiendo ese metabolito de las bacterias ”la reducción de la placa de ateroma (ateroesclerosis) es apenas de un 20%. Lo que demuestra que hay otro factor muy importante como es el aumento de colesterol”. Hay evidencia de que en personas jóvenes, sin síntomas, el colesterol y la tensión son determinantes en el desarrollo de ateroesclerosis.

El colesterol fomenta la formación de placas de ateroma (ateroesclerosis), dificultando la circulación sanguínea | Shutterstock
El colesterol fomenta la formación de placas de ateroma (ateroesclerosis), dificultando la circulación sanguínea | Shutterstock
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Así que, para Annalaura Mastrangelo, “el tratamiento con estatinas va a seguir ahí, porque funciona muy bien”. Otra cosa es ajustar niveles, dosis y pautas conforme al perfil concreto de cada paciente.

En este sentido, la doctora Estefanía Díaz del Cerro (i+12, Hospital 12 de Octubre), ajena a este estudio del CNIC, sí precisa que hay un debate sobre si se sobremedica con estatinas en perfiles que no tienen tanto riesgo, conforme a los umbrales de colesterol que ahora se consideran (a)normales en las guías de referencia. Expone este debate en un artículo en The Conversation.

  • Lo que sí dice el estudio. El metabolito del intestino ha resultado clave en el desarrollo de ateroesclerosis. Directamente, lo induce. “Yo no había visto nunca algo así en más de 20 años que llevo trabajando”.
Fuentes