Astou Ndour, la pívot solidaria: “Tengo una responsabilidad, no puedo ver gente sufriendo”

La selección española de baloncesto, La Familia, se estrenó este lunes en Tokio 2020 con una victoria ante Corea del Sur (69-73) en la que destacó la pívot Astou Ndour. La jugadora hispano senegalesa hizo su mejor marca internacional aportando 28 puntos y 19 de valoración, aprovechando un nuevo escaparate para trasladar su eficacia deportiva a una de sus grandes obsesiones personales, ayudar a los niños de su país a través de la fundación que creó en su país de origen. “Quiero que tengan la posibilidad de ir a la escuela y hacer deporte”, decía en un vídeo de la Federación. 

Cuando Astou Ndour llegó a Gran Canaria con 14 años, se pasó dos semanas llorando en la habitación. No podía comunicarse y se sentía excluida en un entorno completamente nuevo para ella, con una cultura lejana a la que había experimentado en Dakar, donde nació en 1994. “Tuve que cambiar el chip, pensé que había dejado mi país para jugar al baloncesto y tenía que hacer un sacrificio”, decía. Después, llegaron siete años de éxito en las islas que le abrieron puertas de grandes clubes de Europa y de la WNBA. 

Ndour recuerda que cuando tenía que hacer un dibujo en el colegio, siempre había un balón y una niña por medio. “Quiero ser una estrella del baloncesto”, decía la protagonista de su ideario, iniciándose en el deporte al ver a dos vecinas pasar por la puerta cada día con ese balón. La oportunidad llegó cuando una amiga suya volvió de Gran Canaria preguntando a sus padres si le dejarían iniciar este nuevo camino. Aunque sufrió la adaptación, pronto convirtió el baloncesto en el centro de su vida, desde el que proyecta sus inquietudes. Un deporte educativo y social, desde el que poder contribuir a la sociedad. 

Astou Ndour: “Siempre doy gracias a quien me ha ayudado”

Plata en Río 2016, bronce en el Mundial 2018 y MVP del Eurobasket 2019, Astou Ndour se ha convertido en una pieza fundamental para España. Desde que entró en la selección, apenas disfruta de vacaciones. En invierno juega en Europa y en verano en la liga norteamericana (WNBA). Entre tanto, disfruta de los compromisos con un conjunto nacional que este año ha tenido doble reto, Eurobasket y Juegos Olímpicos. “He llegado a este nivel con mucho sacrificio. Hay gente que sabe jugar al baloncesto mejor que yo y no han podido llegar. Siempre doy gracias a dios y a las personas que me han ayudado”. 

Precisamente este agradecimiento es el que le llevó a crear un proyecto solidario en Senegal, la Fundación Astou Ndour Sports Études. “No quería que la futura generación pasara por la infancia que yo tuve. Era muy difícil entrenar, no tenía zapatillas ni ropa. Tengo una responsabilidad. No puedo ver gente sufriendo. Soy una persona muy emocional y sensible, si veo a alguien llorar yo también lo hago. Si tengo algo para dar a alguien que sufre, lo hago sin esperar nada”, explicaba en un vídeo de la Federación de Baloncesto. 

Astou Ndour recuerda cómo de pequeña reprochaba a su madre invitar a comer a gente a su casa. “Venían todos los días más de diez personas y me quejaba, le decía que por qué teníamos que esperarles para comer”, recuerda. La próxima jugadora del Reyer Venezia también aprendió esta lección en su hogar, como la importancia de los valores educativos a través del deporte, en los que siempre insiste. 

Con el inicio de la pandemia por la COVID-19, tras suspenderse las competiciones, Ndour no dudó en volver a su país para desarrollar este proyecto que tanto había imaginado durante años. 

Su anterior recuerdo era el podio del Eurobasket 2019, donde fue elegida mejor jugadora. Después de un año duro para todas las protagonistas, Ndour agradece un verano de normalidad desde el que espera mostrar la esencia de la selección. “Trabajamos en grupo”, decía en junio antes de afrontar el Eurobasket y ser recibida por la capitana con un emocionante abrazo. Para la pívot, la esencia de sus éxitos está en sonreír. “Así siempre van las cosas mejor”.