Miles de usuarios han compartido por Facebook, Twitter y TikTok mensajes que anuncian que la NASA “ha puesto fecha al fin de la Tierra”. El día señalado es el 6 de mayo de 2022 y la supuesta causa el impacto del asteroide ‘2009 JF1’. Pero se trata de afirmaciones falsas.
Aunque varios medios nacionales se han hecho eco de estos mensajes, en realidad la NASA no ha publicado ningún aviso de una supuesta destrucción del planeta. Según los cálculos de la agencia estadounidense, el asteroide 2009 JF1 tiene una probabilidad extremadamente baja de impactar contra la Tierra, exactamente de un 0,00074%. Además, con solo diez metros de diámetro, no sería capaz de acabar con nuestro planeta en el improbable caso de impactar.
La NASA no ha anunciado la destrucción de la Tierra por un asteroide el 6 de mayo
Como ya explicamos en Newtral.es, es habitual que los titulares alarmistas sobre potenciales impactos de asteroides citen a la NASA para dar credibilidad al contenido. Pero, en general, los contenidos no suelen enlazar a la fuente.
Vale con una búsqueda en la web de la agencia espacial para cerciorarse que la NASA no ha publicado nada sobre un impacto de un asteroide que destruirá la Tierra el 6 de mayo de 2022, algo que debería aparecer si fuese verdad una noticia de tal calibre. Sí que aparece en su web una noticia sobre que la NASA predijo de forma exacta el impacto de un pequeño asteroide contra la atmósfera terrestre el pasado 11 de marzo de 2022 a la altura del Mar de Noruega. El objeto celeste, de tan solo dos metros de diámetro, se desintegró nada más chocar contra la atmósfera.
La probabilidad de impacto del asteroide 2009 JF1 es muy baja
Varios mensajes en redes sociales aluden a que la NASA ha calificado el asteroide 2009 JF1 como “potencialmente peligroso”. Pero no es más que una etiqueta que utiliza la agencia y que no significa una probabilidad alta de impacto sobre la Tierra.
Los asteroides se clasifican como Asteroides Potencialmente Peligrosos (PHA, por sus siglas en inglés) cuando, de sus múltiples posibles órbitas, hay una que se acerca a nuestro planeta a 0,05 unidades astronómicas o menos, lo que equivale a 7,4 millones de kilómetros. Estamos ‘rodeados’ de ellos, pero lo habitual es que no impacten en la Tierra.
En la página web de Sentry, del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés), se puede encontrar una lista con los objetos con probabilidad de impactar contra la Tierra. En ella, se detallan varias características de cada asteroide, como el diámetro, la velocidad a la que circula y las probabilidad de impacto. Esta información se va actualizando según van apareciendo más datos y se acota cada vez más su trayectoria.
En el caso del 2009 JF1, el asteroide tiene un diámetro de 10 metros y una velocidad de alrededor de 25 kilómetros por segundo. En cuanto al posible impacto, el 6 de mayo se acercará a la Tierra pero la probabilidad de chocar es de un 0,00074%. Es decir, hay un 99,99926% de posibilidades de que no impacte contra nuestro planeta.
El asteroide no tiene el diámetro necesario para “destruir la Tierra”
Como explicó a Newtral.es Miquel Serra-Ricart, astrónomo y Administrador del Observatorio del Teide en Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), para que un asteroide pueda destruir un planeta, los llamados planet killers, “debe tener al menos un kilómetro de diámetro”. La probabilidad de impacto de uno de estos objetos es de una vez cada 60 o 100 millones de años, aclaró Serra-Ricart.
También existen los city killers o destructores de ciudades, de entre 30 y 100 metros de diámetro. Con solo 10 metros de diámetro, el 2009 JF1 al que se refieren los mensajes no tiene la capacidad de acabar con nuestro planeta.
“Un objeto de 5 a 10 metros de diámetro no podría destruir la Tierra, ni mucho menos”, afirmó el astrónomo del IAC. “Si cayese uno de estos asteroides probablemente sería en el mar, donde sí podría producir un tsunami”, añade. Este tipo de objetos pueden caer una vez cada 10 o 15 años.
Según Serra-Ricart, “actualmente no hay ningún objeto que tenga una probabilidad de impacto clara con la Tierra”, aunque señala que es algo dinámico y puede cambiar.