Una mujer fue asesinada por su pareja en Mallorca en diciembre de 2024 a pesar de que un juez había decretado una orden de alejamiento y la instalación de una pulsera antimaltrato para el agresor. Medios de comunicación, el Partido Popular y Vox han vinculado este asesinato machista con los fallos de estos dispositivos reportados en los últimos días debido a un cambio de operador.
- Sin embargo, la investigación policial desveló que, en el momento del crimen, la víctima no llevaba consigo el receptor de la pulsera: se lo había dejado en casa, por lo que era imposible que saltara la alerta del sistema, según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Baleares a este medio.
Contexto. Las pulseras antimaltrato, los dispositivos de control telemático que permiten conocer la ubicación exacta de los agresores machistas con órdenes de alejamiento de sus víctimas, fallaron durante unos meses en 2024, según advirtió la Fiscalía en su memoria anual.
- Desde el Ministerio de Igualdad aseguran a Newtral.es que el fallo alertado por Fiscalía estuvo en la recuperación de datos durante unos meses concretos de ese año.
Qué falló. Desde el gobierno insisten en que las pulseras siguieron funcionando en todo momento. Es decir, las alertas se emitían aunque, a posteriori, no pudieron recabarse los datos de geolocalización solicitados por los juzgados en determinados casos.
Cómo funcionan las pulseras antimaltrato. Cuando un juzgado lo decreta, se coloca una pulsera en la muñeca o el tobillo del agresor que tiene una orden de alejamiento. A la víctima se le proporciona un dispositivo que le avisará en el caso de que el hombre se acerque a ella más de lo permitido por la prohibición de aproximación.
- Desde este dispositivo la víctima puede lanzar una alerta y el Centro de Control de Medidas Telemáticas de Alejamiento (Cometa) se pone en contacto con ella para verificar que esté bien o llamar a las fuerzas de seguridad.
El caso. El asesinato machista de diciembre del año pasado fue ampliamente cubierto por varios medios nacionales y locales, como el Diario de Mallorca.
Según la narración de los hechos, George V.T., un hombre de nacionalidad rumana de 40 años, mató a su mujer, Rosario D.J. de 32, a puñaladas mientras circulaban en coche por el Camí de Can Pastilla, a la altura del Coll den Rabassa, en Palma, delante de la hija que tenían en común, de tres años.
Durante la agresión, el coche sufrió un accidente de tráfico al impactar contra otro vehículo. Tanto la niña como la conductora del segundo coche resultaron heridas de gravedad.
Tras el impacto, el presunto asesino se dio a la fuga a pie, dejando en el coche el cadáver de la víctima y la niña herida, aunque fue detenido poco después por agentes de la Policía Local, ante quienes admitió haber apuñalado a la víctima.
Por qué no ‘saltó’ el aviso de la pulsera. Según publicó el Diario de Mallorca en diciembre de 2024, en el momento del crimen el hombre llevaba puesta la pulsera de control telemático que detecta si se acerca a la víctima, pero ella no llevaba el dispositivo de alarma.
- La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha asegurado este lunes que “ninguna mujer con este dispositivo ha sido asesinada”, en declaraciones a La Sexta.
Denuncias previas. La mujer había denunciado por violencia de género a su agresor el mes anterior al crimen, informó el Diario de Mallorca.
- Tras ser detenido, se le realizó el test de detección de riesgo y se detectó que tenía un riesgo medio.
- El juzgado le impuso al hombre una orden que le prohibía acercarse a menos de 500 metros de ella.
- Tenía que llevar una pulsera de control telemático que activaría una alarma en un dispositivo que tenía que llevar ella, en el caso de que se acercara.
El Ministerio de Igualdad condenó el asesinato que elevó a 44 las mujeres asesinadas por violencia de género —fueron 48 en total en el año 2024— y a 1.289 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar estos datos.
Ese y otros execrables actos no son ni machistas ni hembristas. Responden a otros motivos y a otras causas. El machismo clásico, el machismo auténtico tiene y mantiene una cierta visión de la sociedad donde papeles diferentes se asignan, en principio al menos, en función del sexo del agente social. No tiene nada que con asesinatos. Más bien sería al contrario. El machismo, como actitud culturalmente compartida, constaría del mismo triple componente de toda actitud: cognición, emoción y comportamiento. En el caso paradigmático de La Mujer Rusa del Maestro Sorozábal, es el machista el que sale en defensa de la mujer que va a ser profanada por las hordas chusmo-marxistas rojas. Así pues, asociar machismo con violencia irracional o con abusos contra el más débil es una difamación por asociación de todas la oligarquías judeo-gringas que tanto daño han hecho con sus programas de ingeniería social.