Del armagedón atómico al invierno nuclear

Invierno nuclear y armagedón atómico | M.V.
Invierno nuclear y armagedón atómico | M.V.
Tiempo de lectura: 4 min

Al sur del Valle de Jezreel, en el Creciente Fértil israelí, se erige la colina Megido. Har Megiddo –Monte Megido en hebrero– da nombre a los acontecimientos que se narran en el capítulo 16 del libro de Apocalipsis: el Armagedón. En él se describe una feroz batalla física y espiritual antes del fin del mundo. La era nuclear –que ha dotado de energía a la mitad del siglo XX– desató también los demonios de atómo. El armagedón bíblico pasó a tener una traslación científica en forma de ‘invierno nuclear’.

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Explica el experto en incendios y cambio global de la Universitat de Lleida Víctor Resco de Dios (PVCF-Agrotecnio) que aunque tengamos una imagen de la guerra atómica ligada a bolas de fuego pulverizantes y escenarios radiactivos inhabitables, el ocaso civilizatorio vendría por otro lugar más: el hambre.

Bajo un escenario de guerra nuclear ‘pequeño’, “donde sólo se usaría el 1% del arsenal nuclear mundial, se emitirían 5 millones de toneladas (5 Tg) de hollín  a la estratosfera”, explica el experto. Esto es, “los penachos de las bombas inyectarían a las capas altas de la atmósfera una cantidad ingente de aerosoles que bloquearían la radiación solar”, según se retrata en un artículo en The Conversation.

Cuando Joe Biden habla de un escenario de armagedón atómico, se está refiriendo indirectamente a un invierno nuclear que predijeron inicialmente Richard Turco o Carl Sagan en los años ochenta. Y que recientes estudios han modelado con precisión de la mano de superordenadores.

Las bombas termonucleares más grandes sumadas a las miles de cabezas nucleares detonadas en una supuesta guerra masiva llenarían la atmósfera superior de tanto polvo que –en un escenario no muy pesimista– “afectaría a la producción mundial de maíz y trigo, que disminuiría un 13% globalmente”.

Esto no se había siquiera calculado en 1962 cuando, en plena Crisis de los Misiles de Cuba, se popularizaron las llamadas ‘cartas del armagedón’ entre Kennedy, Castro y Kruschev. Cuando su mayor preocupación era que, de desatarse una escalada atómica, se produciría la ‘mutua destrucción asegurada’.

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¿Puede un invierno nuclear compensar el calentamiento global y la emergencia climática?

Sólo la bomba termonuclear más potente jamás probada, la del Zar de la URSS, llega a elevar residuos y polvo al límite de la estratosfera. A más de 40 km de altura, cerca ya de donde se producen los meteoros, las estrellas fugaces.

No sólo demostró que pulveriza todo lo que encuentra a más de 2 km a la rendonda y produce quemaduras hasta 100 km más allá (idea del armagedón nuclear). También puede multiplicar los casos de cáncer a medio y largo plazo a gran distancia por la lluvia atómica de partículas radiactivas. Pero es que en una lucha con artefactos ‘estratosféricos’ como este, parte de la humanidad moriría de hambre, por colapso agrario y pesquero, tras opacarse el sol.

Tres recientes estudios han mostrado cómo incluso una guerra muy localizada (India-Pakistán, por ejemplo), provocaría un pequeño invierno nuclear a nivel térmico. Pero, sobre todo, una crisis hídrica. Dejaría de llover y nevar de manera muy acusada durante años.

“A nivel global, dos años después de la guerra, la producción de alimentos disminuiría en un 80%. Dichas reducciones serían también más acusadas en la zona templada del hemisferio norte, donde llegarían al 99%“, explica el profesor.

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Cabe destacar que, probablemente, la especie humana sobreviviría a semejante escenario nuclear. “No se trata de un cataclismo comparable, por ejemplo, al causado por el meteorito de Chicxulub, que acabó con los dinosaurios a finales del cretácico”.

En aquel caso, se emitieron más de 1.500 millones de toneladas de hollín” (los peores escenarios modelados contemplan la emisión de 150 millones). Pero este invierno nuclear sí sería el fin de la civilización tal y como la entendemos.

Fuentes
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1 Comentarios

  • Mi comentario tiene que ser de agradecimiento por la información que ofrecéis. Os leo desde que apareció NEWTRAL.