Vivir con un constante “miedo a morir”: cuando la ansiedad conduce tu vida

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Tiempo de lectura: 4 min

11 de septiembre de 2016. Sufrí mi primer ataque de pánico”. Así comienza a explicar Iria Reguera, psicóloga, el momento en el que la ansiedad cambió su vida por completo. “En ese momento no tuve claro qué me estaba pasando, pero ahora sí lo sé”, recuerda.

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“Era un día normal. No me encontraba peor que otros días. Es más, era uno de los mejores momentos de ese año. Mientras trabajaba me tomé un café, el segundo de la mañana, como muchos otros días. Pero al terminar la taza comencé a sentir mareo, dificultades para respirar, opresión en el pecho, taquicardia, sudoración en las manos, temor a desmayarme… Llegué a pensar en ese momento que estaba sufriendo un derrame cerebral o un ataque al corazón”, recuerda Iria. 

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En ese momento tuvo su primera experiencia de “miedo real” a morirse, una sensación que no la abandonaría hasta años después. La ansiedad y los ataques de pánico se convirtieron en su día a día. 

Noelia Morán, psicóloga clínica y experta en trastornos mentales, explica cuáles son los detonantes de la ansiedad. “Iria tuvo un ataque de pánico inesperado. Esto se puede deber a varios factores pero sobre todo a que, quizá, estamos acumulando ansiedad y somos más sensibles a ella”, explica.

“Todo ello genera un disparo erróneo de la ansiedad Es decir, de repente se disparan respuestas intensas de ansiedad sin que haya nada que lo favoreciera”, termina. 

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La ansiedad, de por sí, no es mala. Es un mecanismo del cuerpo para ponernos en alerta ante situaciones importantes. Sin embargo, se convierte en un problema cuando se vuelve crónica y cuando no podemos controlarla. Cuando es una losa en vez de una ayuda. 

“Mentiría si dijera que el primer ataque de pánico fue el comienzo de mis problemas de ansiedad”, dice Iria. Lo cierto es que “todo comenzó años antes”, aunque “al principio la ansiedad se presentaba con síntomas leves: noches aisladas y alejadas en el tiempo en las que los síntomas físicos eran la dificultad para quedarme dormida, la sensación de tener la mandíbula rígida y dificultad para tragar…”

A Iria le empezó a dar “miedo quedarse dormida”. “Era por si me daba algún tipo de ataque, un derrame, un ictus.. Me ponía siempre en lo peor”, recuerda.

Ante la ansiedad: “Perdí el control de mi cuerpo y de mí misma”

Iria no tardó en darse cuenta de que, pese a tener síntomas leves, estaba empezando a sufrir ansiedad. Seguramente lo supo tan pronto gracias a su formación profesional, pero se negaba a aceptarlo.

“Esta situación se extendió durante meses: una época en la que estuve sin trabajo y tenía dificultades para encontrarlo, otra época en la que sufrí un desengaño sentimental, etc. Ahora, mientras lo cuento, me pregunto cómo no fui capaz de darme cuenta de lo grave de la situación y de cuánta ayuda necesitaba, pero no lo fui”, explica. 

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Y tras el primer ataque, llegó el segundo. La situación ya se había vuelto insostenible. Ella no dominaba la ansiedad, sino que era al revés. La ansiedad conducía su vida. 

“Una vez, de vacaciones con mi pareja, me encontré en el coche temblando de miedo, sin que él pudiera hacer nada para consolarme y sin que hubiera pasado nada”, recuerda. 

“La ansiedad y la sensación de pérdida de control van de la mano. El miedo me atenazaba, me impedía comer, me hacía temblar como si estuviera muerta de frío. Pensad en el miedo más intenso que hayáis sentido jamás e imaginad que dura horas o incluso días”, asegura. 

Hoy en día Iria asegura “la ansiedad no ha desaparecido” ni ha terminado tampoco “el trabajo personal” que debe hacer cada día para mantenerla controlada, pero lo importante es que ya “no la domina” y no la mantiene “sin dormir cada noche”. “Ya no me condiciona. No he cambiado por completo mis antiguos hábitos, pero ahora soy consciente de lo que me hacía y hago a mí misma y eso me ayuda a ser capaz de pararme y buscar opciones diferentes. La terapia y el trabajo personal me han hecho consciente de múltiples actitudes y comportamientos evitativos que llevaba a cabo sin haberme dado cuenta nunca”, termina.

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4 Comentarios

  • Espero poder sobrevivir al trastorno de ansiedad generalizada

  • qué importante es este podcast! muchas gracias por compartirlo. Todo lo que cuenta me ha ocurrido a mi este año y hace que se paralice tu vida. Dependes de otros incluso para ir a la esquina a comprar. No te atreves a ir solo por si acaso te ocurre algo. Incluso para ducharte necesitas que alguien esté pendiente!! Afortunadamente con un buen apoyo psicológico y mucha mucha fuerza de voluntad se puede salir.
    ¡Seguid así!

  • Excelente! Gracias x el aporte!

  • El ser humano siempre va a tener ansiedad,pero es como canalisas la ansiedad a favor ,en cuanto al miedo se asocia con la ansiedad y el desconocimiento,por ejemplo el miedo a q le suceda algo a mis hijos y no estoy para ayudar,ese es peor q sentir miedo a morir.pero el desconocimiendo de dios de tu fuerza mental y espiritual es la causa de todo miedo,ansiedad,y desespero.el amor,compacion,perdon,fe y sobre todo dios mismo en tu vida son la solucion a todo.gracias.