El 16 de septiembre de 2022 es una fecha que quedará por siempre marcada en el calendario de Irán. Supuso el inicio de una nueva etapa de revolución por los derechos de la mujer en el país bajo el lema “Mujer, vida y libertad” tras el asesinato, a manos de la ‘policía de la moral’, de Masha Amini. La joven de 22 años falleció tras ser detenida por este cuerpo policial iraní al llevar mal colocado el velo y se ha convertido un año después en un referente de libertad y lucha en un territorio dominado por un régimen fundamentalista.
“Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso”, indica la activista iraní exiliada en España Nilufar Saberi. “Hemos visto los infiernos de una inquisición que se mete hasta en tu casa y hasta en tu alma, quiere decirte lo que tienes que pensar, lo que tienes que mirar o no mirar, lo que tienes que leer o cómo vestir”. “Es una vida esclava bajo su visión extremista del Islam”, añade antes de asegurar que la intención de las iraníes es “seguir luchando” en este primer aniversario por la muerte de Mahsa Amini.
El 13 de septiembre de 2022, Mahsa Amini, una joven kurda procedente de la ciudad iraní de Saqqez, se encontraba de viaje con su familia en Teherán cuando fue sorprendida por la ‘policía de la moral’, que la detuvo al considerar que llevaba el velo mal colocado y, por tanto, incumplía la ley de vestimenta que recoge el Código Penal iraní desde 1983. La joven fue llevada a un centro de detención donde sufrió un desmayo que la dejó desplomada en el suelo. Masha Amini falleció el 16 de septiembre en el Hospital de Kasra tras estar en coma desde su traslado al centro sanitario.
Pese a que las autoridades nunca dieron una respuesta clara a la muerte repentina de la joven, declararon en un primer momento que su desplome se debió a un paro cardíaco provocado por supuestos problemas de salud de Amini. Este argumento fue puesto en duda días después por médicos independientes, que afirmaron que los hematomas que presentaba en su cuerpo fueron causados por una lesión en la cabeza provocada por golpes violentos y que fue una hemorragia cerebral posterior la que puso a Amini en coma.

El nacimiento de una revolución iraní bajo el lema de “Mujer, vida y libertad”
Las protestas por la muerte de Mahsa Amini comenzaron en Irán inmediatamente después de su muerte en diferentes puntos del país. En ciudades del Kurdistán, región natal de Amini, se comenzó a generalizar el lema “Mujer, vida y libertad”, convirtiéndose en el eslogan de esta oleada de protestas por los derechos de la mujer iraní. Así, miles de mujeres y hombres se unieron para posicionarse en contra de la opresión al género femenino en el país, así como contra la brutalidad policial y corrupción gubernamental.
A lo largo de este año de manifestaciones, las mujeres han sido las que han liderado estas protestas, difundiendo la situación a través de redes sociales, quitándose el velo o enfrentándose a las autoridades, corriendo el riesgo de sufrir las repercusiones establecidas en la ley por ello.
Pronto se pudo también empezar a ver cómo las mujeres activistas tanto dentro como fuera del territorio iraní comenzaron a quemar sus velos y a cortarse el pelo en medio de las protestas como forma de mostrar su solidaridad.
Carlos De las Heras, responsable de derechos humanos en Amnistía Internacional, destaca que “tras la muerte de Mahsa Amini miles de mujeres se convirtieron en el motor de protestas que sacaron a la calle a millones de personas en todo Irán”. En este sentido, las manifestaciones “han servido para poner sobre la mesa varias cuestiones y problemas que hay en este país desde hace muchos años y, sobre todo, para poner de manifiesto el descontento de la sociedad”.
Estas protestas, señala De las Heras, han demostrado que a nivel social “ha habido cambios en cuanto al empoderamiento de las mujeres y a la juventud en general”. Según indica el experto, “lo más importante ha sido el despertar de las mujeres, que han sido las grandes protagonistas de las manifestaciones, los grandes motores del levantamiento y de la lucha por sus derechos”.
La activista iraní Nilufar Saberi se muestra positiva respecto a la movilización en conmemoración del primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, “el movimiento ‘Mujer, vida y libertad’ va a ser ‘la bomba’, tanto dentro como fuera del país”. “Las autoridades islamistas en Irán se están preparando desde hace meses para reprimir las protestas y los actos que va a haber en este primer aniversario”, con medidas como las de obligar a familiares de fallecidos a “que firmen un compromiso de que no se unirán a las protestas del aniversario”, señala.
Semanas antes del primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini este 16 de septiembre, el Centro de Derechos Humanos en Irán ya informó en varias ocasiones de un aumento de la represión por parte de las autoridades estatales en vísperas de este día. Así, en agosto la plataforma denunció la detención de al menos 22 activistas, la mayoría mujeres, en la provincia de Gilan, con el objetivo de “enviar un mensaje de miedo a la población”. Las autoridades señalaron que los detenidos “se estaban preparando para incitar disturbios e inseguridad en Gilan, así como en partes de la provincia del Kurdistán”.
Además, la Organización para los Derechos Humanos, ‘Hengaw’, publicó un comunicado en el que aseguraba que las autoridades gubernamentales de Irán habían detenido a Safa Aeli, tío de Mahsa Amini el pasado 5 de septiembre y que sigue en paradero desconocido.
La represión del Gobierno no ha conseguido frenar un año después las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini
La respuesta de las autoridades iraníes durante este año marcado por la revolución de gran parte de la ciudadanía ha sido esencialmente la represión contra los manifestantes y la intensificación de las medidas contra la libertad de las mujeres.
Pese a que, como indica De las Heras, “no hay cifras oficiales sobre muertes en relación a las protestas”, “podemos hablar de que más de 500 personas murieron y miles resultaron heridas durante las protestas, sobre todo entre mediados de septiembre y mediados de enero”.
Pero la forma más dura de represión y con la que las autoridades han tratado de alentar el miedo entre la población han sido las ejecuciones públicas realizadas a personas que han participado en las protestas o se han mostrado a favor de ellas. En total, De las Heras señala que desde septiembre de 2022 se han contabilizado siete en relación con el movimiento “Mujer, vida y libertad”:
La primera de ellas tuvo lugar el 8 de diciembre, Mohsen Shekari, un joven de 22 años fue ejecutado un mes después de haber sido declarado culpable del delito de “enemistad con Dios” por haber bloqueado una calle en Teherán durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini y atacar con un machete a un miembro de la Fuerza Basij.
La ejecución de Shekari marcó el inicio de una oleada de muertes y condenas a pena capital en los meses posteriores. El de Majid Reza Rahnavard fue uno de los casos que más repercusión alcanzó a nivel internacional, al ser ahorcado en una grúa en mitad de la calle en la ciudad de Mashad. Majid Reza tenía 23 años y había sido también acusado de “enemistad con Dios”.
Sin embargo, todas las condenas a pena de muerte no han terminado en ejecución, como le ocurrió a Sahand Noor Mohammadzadeh, quien fue arrestado en Teherán durante las protestas el 4 de octubre de 2022 y condenado dos meses después. Finalmente, en marzo el Tribunal Supremo anuló su pena de ejecución dejándola en seis años de prisión y 10 de exilio en la provincia de Kerman.
El refuerzo de la ‘policía de la moral’ y su falsa disolución tras las sucesivas protestas
La muerte de Mahsa Amini hace un año recordó la existencia en Irán de los llamados Gashte-Ershad, en español Patrullas de Orientación, también conocidas como la ‘policía de la moral’. Esta entidad dependiente del Gobierno de la República nace en 1979 tras la Revolución Islámica Iraní y, aunque ha sido disuelta en dos ocasiones, fue restaurada en 2006 por el presidente Mahmud Ahmadineyad, continuando vigente en la actualidad.
El objetivo principal de la ‘policía de la moral’ es controlar que mujeres y niñas cumplen con la obligación de llevar el hijab “bien colocado” en todo espacio público y que no utilicen cosméticos, ropa colorida, corta u “occidentalizada”.
Saberi señala que “‘la policía de la moral’ ha existido desde que llegaron al poder los islamistas”, en esa época “iban en moto, uno conduciendo y el de atrás llevaba o una cadena metálica o porra o cualquier otro objeto contundente”. La activista recuerda que “nos golpeaban y decían ‘o velo o palo’ y así día tras día”, esta es una vigilancia que las mujeres iraníes sufren desde hace más de 40 años y que ahora se ha reforzado, “los recursos son mayores”.
A principios de diciembre de 2022, el fiscal general de Irán, Ali Khan Mohammadi, anunció una supuesta disolución de esta unidad de vigilancia, algo que no ha trascendido en los meses posteriores, puesto que la ‘policía de la moral’ continúa hoy persiguiendo a las mujeres de todo el país. En relación con este hipotético desmantelamiento, el responsable de derechos humanos en Amnistía Internacional señala que “las autoridades no van a engañar a nadie afirmando o lanzando mensajes como eliminar la insignia de la policía de la moral del uniforme o de la furgonetas de patrulla, al mismo tiempo que están alentando a quienes aplican esta sumisión o represión” sobre las mujeres.
Pero los ataques que la ‘policía de la moral’ ejerce un año después de la muerte de Mahsa Amini ya van más allá de vigilancia, detenciones o discriminación al género femenino. El pasado 8 de marzo, La Sexta emitió un programa especial de ‘El Objetivo’ en el que Ana Pastor viajaba a Irán para cubrir las protestas contra el uso obligatorio del velo. En él, la activista y defensora de los derechos humanos de origen iraní, Ryma Sheermohammadi cuenta cómo los agentes del Gashte-Ershad atacan a las mujeres, “disparan a los ojos, la cara o los genitales, porque saben que cualquier tipo de intervención quirúrgica va a significar un desembolso importante y muchas familias no tienen para poder pagar estos gastos”.
Sin embargo, lo llamativo de esta nueva revolución feminista en Irán ha sido la forma que han tenido las víctimas de estos ataques de afrontarlos, “puedes ver la manera en la que tienen de decir, para la libertad de mi país soy capaz de dar lo que sea, un ojo no es nada”, indica Sheermohammadi. “Que tú nazcas en esto y recibas esa educación y sin embargo estés dispuesta a pagar ese precio es impresionante”.
Leyes que buscan reforzar la imposición del velo y el control hacia las mujeres en el aniversario de la muerte de Mahsa Amini
Las prácticas y ataques de la ‘policía de la moral’ se han incrementado desde la muerte de Mahsa Amini y el inicio de las protestas con una serie de planes y proyectos de leyes que tienen por objetivo imponer el uso del velo y controlar el código de vestimenta de las mujeres iraníes.
El pasado 15 de abril las autoridades iraníes comenzaron a aplicar un plan de medidas con el que se han ido instalando cámaras inteligentes en diferentes lugares públicos y carreteras, para identificar y controlar a las mujeres que no lleven puesto el velo. Desde la entrada en vigor de la normativa, si la policía observa a través de las cámaras que una ciudadana ha cometido la infracción, se le envía un mensaje de texto a su teléfono con la siguiente advertencia, según informó la Agencia Tasnim:
“Estimada señora, en el día (…) en el lugar (…) usted cometió el delito de quitarse el hijab en público, de acuerdo con el artículo del Código Penal Islámico 638” y “Este mensaje es un aviso preliminar y, si insiste en repetir el crimen de no cubrirse con un velo, se enfrentará a la ley”.
Además, el plan incluye el cierre de todo tipo de establecimiento que permita la entrada a mujeres sin velo, provocando el cese de la actividad comercial en 137 tiendas y 18 restaurantes solo en sus primeros días de aplicación.
Además, a lo largo de este 2023, el Gobierno del ayatolá ha desarrollado el llamado “Proyecto de Ley de Apoyo a la Cultura de la Castidad y el Hiyab” que en caso de entrar en vigor establecerá que “las mujeres y las niñas que aparezcan sin el velo en lugares públicos o en redes sociales, puedan ser objeto de una serie de sanciones que podrán afectar gravemente a sus derechos humanos, incluidos derechos sociales y económicos”, explica De las Heras. En el caso de incumplimiento, el proyecto contempla sanciones que van “desde multas a la prohibición de conducir, reducción del salario, beneficios laborales o incluso también despidos y la prohibición de acceder a servicios bancarios”, en casos más graves se podría condenar a mujeres y niñas a penas de cárcel que pueden llegar a los entre 2 y 5 años así como la prohibición de viajar y a residir obligatoriamente en un lugar concreto marcado por las autoridades”, añade.
Para Nilufar Saberi, con estas leyes en Irán ya “te sale más caro salir a la calle sin velo que matar a alguien”, solo por eso “te privan de todo tipo de servicios, de internet, bancario, hospitalario”.
Pero Nilufar, como todas las mujeres iraníes que participan en esta revolución en el aniversario de la muerte de Mahsa Amini, se muestra optimista y no pierde la esperanza. “Las iraníes con el apoyo de los iraníes estamos dispuestas a lo que haga falta, incluso a perder la vida para que las siguientes generaciones no vivan en el infierno en el que nos hemos visto envueltos”, dice la activista al mismo tiempo que se emociona. “Lo vamos a conseguir, esto no tiene vuelta atrás, estamos dispuestos a luchar”, ‘Mujer, vida y libertad’.
- Nilufar Saberi, activista iraní exiliada en España
- Carlos De las Heras, responsable de derechos humanos en Amnistía Internacional
- Iran Press
- Iran Wire
- Britannica
- BBC
- Organización para los Derechos Humanos, ‘Hengaw’
- Centro de Derechos Humanos en Irán
- Amnistía Internacional
- The New York Times
- ‘El Objetivo’
El Corán no impone el uso del velo, sí recomienda hacerlo (Corán 33, 59), “como instrumento para el mantenimiento de la moral y las buenas costumbres sociales”
Partiendo de la base que los textos llamados sagrados, sea cualquiera que sea la religión que los defiende, han sido escritos por hombres, no creo que ningún dios, si es que existe, se haya puesto a redactar a algún amanuense los fundamentos de su fe. Por ello la base de su redacción es masculina en la que se recogen fundamentos para cuidarse de no infringir sus propias normas y evitar pecar. Y en lugar de sacarse el ojo que les hace pecar -cristianamente hablando- deciden que sean las mujeres las que deban tapar lo que a ellos les hace albergar pensamientos o deseos punibles desde su absurda, trasnochada y medieval moral. Penalizan a las mujeres por las debilidades que arrastramos. Aunque sean musulmanes son como los viejos y nuevos cristianos que gracias al mito de Eva o de María de Magdala siguen acusando a las mujeres de la debilidad moral nosotros, los hombres, arrastramos.
El asesinato de Jina Mahsa Amini y toda la brutal represión por las protestas no deben ser perdonados ni olvidados. Abajo la dictadura, la violencia y el odio. Arriba el respeto, la inteligencia y la paz. Respeto para las mujeres y los hombres que las apoyan. ¡Mujer, vida, libertad!
El asesinato de Jina Mahsa Amini y toda la brutal represión por las protestas no deben ser perdonados ni olvidados. En Irán y en todo el mundo, abajo la dictadura, la violencia y el odio, arriba el respeto, la inteligencia y la paz. Adelante el feminismo. Respeto para las mujeres y para los hombres que las apoyan. ¡Mujer, vida, libertad!
Es terrible, pero las mujeres de Irán y Afganistán (y, bueno, de todo el planeta), no tienen más elección que jugarse la vida. Y algunas, perderla.