Una contaminación accidental de inyecciones hormonales desvela que el alzhéimer no es contagioso pero sí transmisible

Comparación de un cerebro sano de 70 años con otro con alzhéimer | Jessica Wilson/Science Photo Library
Comparación de un cerebro sano de 70 años con otro con alzhéimer | Jessica Wilson/Science Photo Library
Tiempo de lectura: 6 min

Hasta mediados de los años ochenta, miles de personas, en su infancia la mayoría, recibían tratamiento hormonal para aumentar su estatura. Las inyecciones administradas provenían de hormonas de glándulas pituitarias de cadáveres. Sin embargo, empezaron a salir a la luz algunas muertes en Reino Unido por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob relacionadas con este tratamiento, así que se prohibió. Cerca de 40 años después, está emergiendo un segundo efecto secundario grave de aquellas inyecciones: alzhéimer en pacientes jóvenes, en lo que sería la primera evidencia clara de que, aunque el alzhéimer no es contagioso entre personas, sí es transmisible.

Publicidad

Cinco personas de menos de 55 años parecen haber desarrollado la enfermedad u otro tipo de demencia temprana después de recibir hormonas de crecimiento de cerebros de donantes fallecidos cuando eran niños. Aunque se basa en un pequeño grupo de personas, esto sugiere que, en teoría, la afección podría ser transmisible durante procedimientos médicos. 

Gargi Banerjee del University College de Londres y sus colegas lo han descubierto atando cabos entre pacientes que recibieron hormonas c-hGH hace entre 40 y 60 años. Al igual que en las enfermedades relacionadas con los priones (que producen el mal de las vacas locas), una característica clave del alzhéimer es la acumulación anormal de dos proteínas mal plegadas en el cerebro: la beta amiloide y la tau.

“Nuestra sospecha fue que las personas expuestas a aquella hormona del crecimiento que no sucumbieron en su momento al Creutzfeldt-Jakob y vivieron más tiempo, podrían haber acabado desarrollando la enfermedad de Alzheimer”, ha explicado en rueda de prensa otro de los autores, el neurocirujano John Collinge, también del University College de Londres. Su estudio, publicado, en Nature, recalca la idea de que el alzhéimer no es contagioso entre personas y que este tipo de transmisión es muy rara y perfectamente evitable.

Alzhéimer transmisible, ¿quizás en personas de especial riesgo?

El equipo de John Collinge fue el que advirtió en 2015 de que habían visto placas de beta amiloide en el cerebro de seis pacientes con Creutzfeldt-Jakob  que habían recibido tratamiento hormonal en su infancia. Siguieron uniendo los puntos y en 2018 detectaron proteínas beta amiloides en lotes de la hormona, capaces de provocar demencia en ratones de laboratorio.

Ahora, dentro de la Cohorte Nacional de Monitoreo de Priones del Reino Unido, el equipo revisó ocho casos en los que personas recibieron hormonas de crecimiento humanas donadas que contenían rastros de beta amiloide mal plegada.

Publicidad

De estos ocho, siete informaron problemas cognitivos entre los 40 y los 50 años. A tres de ellos se les diagnosticó la enfermedad de Alzheimer, mientras que dos cumplían los criterios diagnósticos de la enfermedad tras informar síntomas como pérdida de memoria y dificultad para concentrarse. Otros dos experimentaron deterioro cognitivo, mientras que la octava persona no tenía síntomas, pero mostró signos de alzhéimer en escáneres cerebrales.

Del grupo, sobreviven seis y siete llegaron a presentar niveles altos de beta amiloide y tau. Otros dos tenían una discapacidad que podría aumentar el riesgo de demencia y uno de ellos, la variante de un gen que eleva las probabilidades de desarrollar alzhéimer, pese a que en un análisis de ADN de cinco de los receptores no se encontraron rasgos genéticos ligados a riesgo neurodegenerativo.

¿Qué aspecto tiene el cerebro con alzhéimer?

La enfermedad de Alzheimer lentamente destruye la memoria y las habilidades cognitivas; con el tiempo, la capacidad de realizar hasta las tareas más sencillas. Los primeros síntomas aparecen en la edad avanzada, normalmente. Aunque es un misterio el origen de esta dolencia, el cerebro enfermo se caracteriza por acumular esas proteínas mal plegadas y formar ovillos neurofibrilares, que impiden la comunicación entre neuronas, terminan asfixiándolas y mueren.

Publicidad

El neurocientífico Javier Burgos, que investiga cómo conseguir diagnosticar el alzhéimer antes de que haya síntomas, explica en Tampoco es el fin del mundo cómo es el cerebro enfermo. “Al final no hay un test que te diga  o no, sino que construyes un diagnóstico, con muchas herramientas“. No es ni un simple análisis, ni un escáner. Aunque puedan ser reveladores.

Las enfermedades ligadas a la demencia ”aparecen muy tarde en la vida”. Por eso, incluso “si fuéramos capaces de retrasar apenas cinco años la enfermedad, tendríamos la mitad de enfermos, ¡la mitad! Y en España tenemos como un millón de enfermos aproximadamente”.

El alzhéimer no es contagioso y esta transmisión no se ha visto en España

1.848 personas recibieron hormonas del crecimiento obtenidas de cadáveres entre 1959 y 1985 en Reino Unido. Desde que se conoce que podían verse afectadas por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, se han registrado 80 casos de esta dolencia entre este grupo de pacientes británicos y 119 en Francia. Según explica el epidemiólogo Fernando García López a Manuel Ansede en El País, en España no se han detectado casos de Creutzfeldt-Jakob (y mucho menos de alzhéimer) entre los receptores de hormona: “Es un misterio”.

Al margen de este estudio, Tara Spires-Jones, presidenta de la Sociedad Británica de Neurociencia, cree que aunque es plausible a la hipótesis de que el alzhéimer se puede transmitir, destaca que no puede considerarse contagioso. “No es algo que deba preocupar a la gente, ya que ese tipo de tratamiento con hormona del crecimiento ya no se utiliza e incluso en personas tratadas con esa hormona del crecimiento, este resultado es muy raro”, puntualiza en el SMC británico. En la actualidad, se producen hormonas de crecimiento en laboratorio a partir de cultivos celulares animales en condiciones de extrema esterilidad.

Por su parte, Andrew Doig (Programa de Bioquímica de la Universidad de Mánchester) recuerda que hay pruebas de que los agregados de beta amiloide pueden viajar a través de las conexiones del cerebro, propagando la demencia. “Este trabajo refuerza esta idea”. Pero también abre una nueva hipótesis: que no hay un solo tipo de proteína beta amiloide, sino muchas ‘especies’, como ocurre con los priones.

Publicidad

“El artículo especula con la posibilidad de que existan diferentes cepas de beta amiloide, pero no presenta pruebas directas de ello”. En todo caso, como sus colegas, recalca la idea de que no hay que temer a un alzhéimer contagioso o a una transmisión accidental. Ya se tiene mucho cuidado con el ‘trasplante’ de tejido cerebral entre personas y los tratamientos hormonales con pituitaria de cadáveres se utilizaron por última vez en 1985.

Fuentes

1 Comentarios

  • La preocupación mayor no es la que debe suscitar casos así sino que, como consecuencia de los experimentos farmafiosos, con la complicidad de la mierdicina oficial y las peores tramas judías, los goyim están sufriendo un declive cognitivo generalizado y una pérdida de puntos de CI con cada generación, Es el efecto Flynn inverso. últimamente. Los sociato-pudremitas o los de Sumar se frotan las manos pero el PP o partido pitufo también halla solaz en el embrutecimiento generalizado.