Las escuelas pueden ser un lugar ruidoso. Se considera que un ambiente con un buen confort acústico debe tener un nivel sonoro de entre 65 y 75 decibelios de ruido. En el comedor del cole, durante la hora punta, se puede poner en 85 y 90 decibelios continuos. Sin embargo, un equipo de ISGlobal ha determinado que este no sería el mayor de los problemas. El ruido que más afecta al desarrollo de la memoria y la atención en el aula es el del tráfico rodado cercano. No así el otras fuentes.
Un nuevo estudio realizado en 38 escuelas de Barcelona sugiere que el ruido del tráfico en las escuelas tiene un efecto perjudicial en el desarrollo de la memoria de trabajo y la atención en el alumnado de primaria. Los resultados de este estudio se han publicado en la revista PLoS Medicine .
El estudio, que forma parte del proyecto BREATHE y ha sido liderado por los investigadores María Foraster y Jordi Sunyer. Ha incluido a 2.680 niños y niñas de entre 7 y 10 años. Se centraron en dos habilidades que se desarrollan rápidamente durante la preadolescencia y que son esenciales para el aprendizaje y el rendimiento escolar: la atención y la memoria de trabajo.
Entre 2012 y 2013, los participantes completaron pruebas cognitivas cuatro veces. En el mismo período, se midió ruido del tráfico al que se exponían las 38 escuelas participantes, tanto en el aula como en los patios de recreo.
Los hallazgos mostraron que la progresión de la memoria de trabajo, la memoria de trabajo compleja y la atención fue más lenta en los estudiantes que asistían a escuelas con niveles más altos de ruido de tráfico.
Peor el ruido de un camión cada poco que el murmullo del tráfico constante para la memoria
A modo de ejemplo, un aumento de 5 dB en los niveles de ruido exterior resultó en un desarrollo de la memoria de trabajo un 11,4 % más lento que el promedio y un desarrollo de la memoria de trabajo complejo que fue un 23,5 % más lento que el promedio. De manera similar, la exposición a 5 dB adicionales de ruido de tráfico exterior dio como resultado un desarrollo de la capacidad de atención que fue un 4,8 % más lento que el promedio.
Cada 5 dB de ruido de tráfico en la escuela, cae la memoria de trabajo un 23,5%
Dentro del aula, una mayor fluctuación en los niveles de ruido también se asoció con un progreso más lento a lo largo del año en todas las pruebas cognitivas. Eso sí, el alumnado expuesto a niveles de ruido más altos en el aula durante todo el año tuvieron peor resultado que los estudiantes en aulas más tranquilas, pero sólo en la prueba de atención. No les afectó en la memoria de trabajo. Esto significa que un murmullo constante de ruido de tráfico en el aula no es tan perjudicial como que pase un camión ruidoso cada poco tiempo, un avión o los pitidos de los coches, por ejemplo.

“Este hallazgo sugiere que los picos de ruido dentro del aula pueden ser más perjudiciales para el desarrollo neurológico que el nivel promedio de decibelios”, comenta la investigadora de ISGlobal María Foraster, autora principal del estudio. “Esto es importante porque respalda la hipótesis de que las características del ruido pueden ser más influyentes que los niveles de ruido promedio, a pesar de que las políticas actuales se basan únicamente en decibelios promedio”.
Son un efecto secundario de la vida moderna. El peor de los daños del ruido ambiental es su influencia en el aprendizaje.
Trevor Cox Catadrático de Acústica. Univ. de Salford
Los resultados están en la línea de lo obtenido en pruebas sobre el ruido de los aviones en las escuelas. Los niveles más altos repercuten en la comprensión lectora y la hiperactividad. “Estos sonidos son un efecto secundario de la vida moderna. No se habla lo suficiente de que es perjudicial para la salud y el bienestar. Su influencia en el aprendizaje en las escuelas es el peor de los daños que hace el ruido ambiental”, añade Trevor Cox (Universidad de Salford, Reino Unido) en el SMC británico.
El ruido en el hogar no parece tan malo como el del tráfico junto al cole
Intuitivamente, tendemos a imaginar que el ruido, en general, nos hacer perder el foco, disuelve nuestra atención y repercute en nuestra memoria. De ahí que quizás no resulte sorprendente la conclusión del estudio. Sin embargo, este trabajo sugiere que no todos los ruidos son iguales. Los del trafico rodado son peores.
Los investigadores utilizaron el mapa de ruido de vehículos de la ciudad de Barcelona de 2012 para estimar el nivel medio en el hogar de cada participante. En este caso, sin embargo, no se observó asociación entre el ruido residencial y el desarrollo cognitivo. Aunque vivieran en casas ruidosas, los chavales no tenían peores resultados de memoria o atención.
Aunque vivieran en casas ruidosas, los niños y niñas no tenían mayores problemas de memoria. Las diferencias se aprecian con el ruido de tráfico que padecen los coles.
“Esto podría deberse a que la exposición al ruido en la escuela es más perjudicial ya que afecta ventanas (momentos) vulnerables de concentración y procesos de aprendizaje”, cree Forester. “Por otro lado, si bien se tomaron mediciones de ruido en las escuelas, los niveles de ruido en los hogares de los niños se estimaron utilizando un mapa de ruido que puede ser menos preciso y, en cualquier caso, solo reflejaba el ruido exterior. Esto también puede haber influido en los resultados”.
Jon Andoni Duñabeitia (Centro de Investigación en Cognición de la Universidad de Nebrija), ajeno a este estudio, valora que “los datos existentes hasta el momento apuntaban a un efecto de la contaminación acústica sobre las habilidades cognitivas, pero este estudio avanza significativamente con una visión longitudinal, que permite concluir que existe una relación directa entre la existencia de un nivel alto de ruido generado por el tráfico y un desarrollo cognitivo más lento en los niños y las niñas”.
Es decir, quizás prestamos demasiada atención a la cifra de decibelios, pero no al tipo concreto de ruido o su periodicidad. “Los resultados son sólidos y no dejan lugar a duda: la contaminación acústica asociada al tráfico afecta de manera negativa a la salud cognitiva de nuestros menores”, sentencia Duñabeitia en SMC España.
La infancia, una etapa clave para la memoria al exponerse a la contaminación
“Nuestro estudio apoya la hipótesis de que la infancia es un período vulnerable durante el cual estímulos externos como el ruido pueden afectar al rápido proceso de desarrollo cognitivo que tiene lugar antes de la adolescencia”, concluye el investigador de ISGlobal Jordi Sunyer.
Estudios anteriores han confirmado que las escuelas que más se exponen a la contaminación ambiental –sobre todo, del tráfico– también ven cómo su alumnado rinde peor. La exposición a contaminantes del aire durante el embarazo o la infancia, cuando la neocorteza del cerebro se desarrolla rápidamente, se ha relacionado con retrasos en la memoria de trabajo y la atención. Los cerebros se tienden a mostrar algo más inflamados en estos casos.
Se suma a esta idea Duñabeitia: “Este [último] estudio invita a desarrollar acciones para reducir los niveles de ruido en las ciudades, y para implementar programas de estimulación cognitiva en alumnado de escuelas en zonas con alta contaminación acústica”, concluye este experto en cognición y lenguaje.
- Estudio sobre exposición al tráfico rodado en la escuela en Barcelona, en PLOS, 2022
- Estudio sobre el daño de la contaminación del aire en el desarrollo cognitivo, en PLOS Med, 2015
- María Foraster, investigadora de ISGlobal
- Jon Andoni Duñabeitia (Centro de Investigación en Cognición U. Nebrija) en SMC España
- Proyecto BREATHE que estudia contaminación en infancia
0 Comentarios