Nos preguntáis por las altas temperaturas en el “viejo almanaque” de AEMET de 1901 a 1930: sus datos no niegan el cambio climático

Mujer abánicándose en ola de calor en Zaragoza. Nos preguntáis por las altas temperaturas en el “viejo almanaque” de AEMET de 1901 a 1930: sus datos no niegan el cambio climático
Una mujer abanicándose en una ola de calor en Zaragoza. EFE/ Javier Cebollada
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Circula por redes sociales una imagen de una tabla de temperaturas máximas de un viejo almanaque (un calendario con registro de temperaturas) de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) entre los años 1901-1930. En la imagen se destaca la temperatura máxima para Sevilla, 46,6ºC, lo cual se utiliza para cuestionar los efectos del cambio climático en las altas temperaturas actuales. “Como se puede ver, toda la vida ha hecho calor. Que no os cuenten payasadas”, aparece escrito a un lado de la imagen en un mensaje compartido en Facebook unas 10.000 veces. “Este es el viejo almanaque de Aemet, de entre 1901 a 1930, donde encontramos temperaturas más altas que las actuales. Y entonces no había cambio climático. Se acabó la tontería”, escribe un usuario en la misma red social. 

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La captura circula por Facebook y Twitter, y también nos habéis preguntado por ella en nuestro servicio de verificación por WhatsApp

A través de una búsqueda en Google con palabras clave se puede comprobar que el almanaque es real y los datos que aparecen en la imagen coinciden (página 103). Pero como explica a Newtral.es Ricardo Torrijo Murciano, técnico de meteorología del Centro Nacional de Predicción de la propia AEMET, “no se pueden sacar conclusiones de datos de temperaturas puntuales”, especialmente de datos recogidos hace tanto tiempo donde no se detallan ciertas condiciones de cómo se midieron. 

Además, como explican los especialistas consultados por Newtral.es, una temperatura máxima puntual no niega que las temperaturas medias estén aumentando debido al cambio climático. Debido a este fenómeno, los días con altas temperaturas están aumentando en frecuencia, aunque no de forma lineal. Lo explicamos. 

El almanaque de AEMET es real, pero no está clara la fiabilidad de sus datos

La imagen que se comparte en redes sociales pertenece al Calendario Meteoro-Fenológico de 1943 del Servicio Meteorológico Nacional, que entonces estaba adscrito al Ministerio del Aire y que cumplía las funciones de la AEMET.

En el documento se detallan eventos de eclipses que ocurrirían ese año, las horas de salida y puesta del sol de cada día y varios datos sobre las precipitaciones y temperaturas del periodo entre 1901-1930, incluyendo las temperaturas máximas absolutas que se comparten en redes sociales. 

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Torrijo señala que AEMET tiene una base con datos que se remontan al siglo XIX, pero para tomar conclusiones sobre ellas “necesitan un estudio en profundidad sobre en qué condiciones se tomaron”, algo que “aún está pendiente”. 

Según el técnico, existen muchos factores que inciden en la medición de temperaturas, como la situación de la estación, que no se detalla en el almanaque, y que afectan a la fiabilidad de los datos.

“Medir las temperaturas es más difícil de lo que parece”, subraya Torrijo. “Lo ideal es medir la temperatura del aire, y para eso necesitamos un sensor que esté protegido de la lluvia y de la radiación solar con una garita”, añade. Pero también hay muchas otras variables. El sensor necesita que la garita esté abierta, que el aire circule y que tenga la misma temperatura que en el exterior.

“No sabemos dónde estaba situada la estación que tomó el dato de 46,6ºC en Sevilla. Puede no haber estado en un sitio adecuado. Puede que estuviese en una pared que mira al sur, o no circulase bien el aire por ella”, indica el técnico de la AEMET. 

Además, la estación debe estar situada de forma en que las temperaturas que mida sean representativas de la zona. “Por ejemplo, una estación en un aeropuerto puede medir la temperatura de las pistas, un dato muy útil para los despegues y aterrizajes. Pero esas temperaturas no pueden extrapolarse a los alrededores del aeropuerto”, subraya. 

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Así, Torrijo afirma que miles de estaciones en el país se han ido eliminando a lo largo de las últimas décadas y se han sustituido por otras más modernas que recogen datos de temperaturas más fiables. 

Por tanto, el técnico afirma que para asegurar la fiabilidad de los datos de la imagen del almanaque de la AEMET que se comparte en redes sociales “se necesita una investigación en profundidad” y no se pueden tomar “conclusiones a la ligera”. 

Los efectos del cambio climático no son lineales

La temperatura máxima de 46,6ºC en Sevilla que aparece en el almanaque de la AEMET que estamos verificando, además de que no se puede considerar como fiable, no invalida que el cambio climático generado por los humanos esté provocando temperaturas más altas.

Carmen Álvarez Castro, climatóloga en el Centro Euro-Mediterráneo para el Cambio Climático (CMCC), afirma a Newtral.es que precisamente el cambio climático “se nota no solo en un aumento de eventos extremos, sino también en el aumento de la temperatura media”. 

“Que haya temperaturas máximas altas en algunos momentos determinados no quiere decir que la media sea alta, quiere decir que en un momento puntual la temperatura ha aumentado y provocado una ola de calor, algo normal y habitual en el clima”, explica Álvarez. 

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Rubén Varela, doctor en Física y experto en cambio climático en la Universidad de Vigo, coincide con la climatóloga del CMCC. “Una cosa es que tengas temperaturas extremas de forma aislada y otra muy distinta es que la frecuencia e intensidad de esos días con temperaturas extremas aumente”, aclara a Newtral.es. “Siempre ha habido días de calor extremo, pero la recurrencia de estos es mucho más elevada hoy en día debido al cambio climático, también en forma de olas de calor”, añade. Esto se comprobó específicamente para el sur de Europa en un estudio de la Universidad de Lleida publicado en la revista científica Natural Hazards and Earth System Sciences.

Con la emergencia climática se esperan olas de calor más intensas y frecuentes

De hecho, Álvarez advierte que en el caso de Sevilla las olas de calor ahora se basan en una media de temperaturas más altas que a finales de siglo. “Es decir, para considerar que tenemos una ola de calor debemos tener temperaturas mucho más altas que la media. Pero si la media va aumentando lo que era una ola de calor en 1950 probablemente no lo sea ahora porque sería nuestra temperatura media normal”, señala.

Por su parte, el físico de la Universidad de Vigo explica que los efectos del cambio climático “no son lineales o continuos”. “Un cambio climático se produce a lo largo de un periodo de tiempo más o menos extenso donde lo que importa es la tendencia de los sucesos. Por ello, puede haber veranos más o menos cálidos pero siempre en una línea alcista”, subraya Varela. Es decir, el dato de 46,6ºC que aparece en el almanaque de la AEMET de 1943 no significa que no haya una tendencia de aumento de las temperaturas.

Álvarez advierte que los efectos del cambio climático incluirán tanto una media de temperaturas más altas como un aumento en las temperaturas máximas. “Cada año tendremos la posibilidad de llegar al récord histórico de temperaturas jamás registradas en las estaciones homologadas de AEMET”. “Por ejemplo el récord histórico de temperaturas máximas en España de momento lo hemos conseguido durante la ola de calor de agosto de 2021 en Córdoba, con 47,4ºC. Tendremos por lo tanto olas de calor más intensas y más frecuentes, este mes de julio es un buen ejemplo de ello y aún no ha acabado el verano….”, señala. 

Según Varela, siguiendo en el actual escenario es de esperar que los veranos se alarguen, como pudo comprobar el propio investigador en un estudio en 2021. “También es de esperar que la temperatura media, mínima y máxima aumente y que se produzcan con mayor frecuencia, duración e intensidad olas de calor”, afirma.

Fuentes
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