Alexandra Cousteau: “Los océanos que filmó mi abuelo eran distintos, se nota la pérdida de diversidad y contaminación”

Alexandra Cousteau en la UNOC3 de Niza | M.V.
Alexandra Cousteau en la UNOC3 de Niza | M.V.
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A principios de los setenta, Jacques Cousteau visitó la costa española con su buque Calypso. El comandante fue invitado por su alter ego en España, el locutor de sus documentales Rafael Taibo. Estaba encantado con la visita, pero quedó horrorizado por una cosa: el ruido de las salas de fiestas, las embarcaciones, las atracciones… que se oyen bajo el agua. El océano es un lugar ruidoso. Pero medio siglo después, está más esquilmado y contaminado. Alexandra Cousteau, su nieta, alza la voz de la mano de la ONG conservacionista Oceana: “El Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo –sobre todo, por microplásticos– y el que más se calienta”.

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  • P: ¿Es muy distinto lo que se encuentra ahora, cuando se bucea, respecto a lo que veíamos en los documentales de su abuelo?

  • R: Los océanos que mi abuelo filmó por primera vez en los años cincuenta y sensenta, sobre todo en el Mediterráneo, son mundos totalmente distintos de lo que se ven hoy. Había meros enormes que pesaban cientos de kilos. Hay una escena famosa en la que él hace un baile submarino con un mero gigante llamado Jojo. ¡El mero era más grande que tú!
    Teníamos un universo submarino extraordinario y mágico. Y eso, en gran medida, ha desaparecido. Los peces son muy pequeños y hay muchos menos. Incluso cuando yo era niña y pasaba mis veranos en el sur de Francia, no había plástico en aquel entonces. Veíamos regularmente pulpos y toda clase de criaturas marinas.

  • P: ¿Ya no queda nada de eso en el Mediterráneo?

  • R: Cuando voy, ya no veo nada de eso. Definitivamente ha habido una pérdida de abundancia en el Mediterráneo. Y eso está relacionado con todas estas actividades humanas: la sobrepesca, el cambio climático, la contaminación por plásticos… El Mediterráneo tiene la mayor concentración de microplásticos, cuatro veces más que cualquier otro cuerpo de agua. Es un recurso, compartido, histórico, cultural. Es amado y está bajo una amenaza seria.

  • P: Respecto al plástico, antes solíamos temer a los vertidos de petróleo, pero ahora… ¿puede ser el plástico lo que más le preocupe?

  • R: Oceana ha llevado a cabo campañas muy potentes sobre el plástico a lo largo de varios años. Ha descubierto que cada minuto se vierten al océano el equivalente a dos camiones de basura llenos de plástico. Así que sí, estamos introduciendo continuamente más. Y eso es algo que necesita ser abordado con urgencia. Ya ni siquiera sabes de dónde vienen, porque los microplásticos están cayendo del cielo. Están en los ríos, están en nuestros cuerpos. Y creo que la gente no se da cuenta de que sí, están en los arrecifes, pero también en los peces que comemos.

  • P: Su abuelo se mostró horrorizado por lo ruidosa que era la costa española. ¿Cree que este problema va a más?

  • R: No manejo datos concretos, pero los océanos tienen ese problema del ruido, que es innegable y que interfiere con la ecolocalización, la comunicación y la navegación de los mamíferos marinos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la sobrepesca puede acabar con hasta el 37% de las poblaciones de peces. Una de cada diez especies marinas ha entrado en vías de extinción. Un reciente informe de Oceana ha revelado que 344 barcos de compañías de la UE operan bajo banderas de países en los que realmente no están registrados. Naciones laxas con la pesca ilegal.

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España es el país comunitario que encabeza este calamitoso escalafón. El estudio, realizado en la Universidad de Santiago de Compostela, ha descubierto al menos 228 pesqueros industriales ondeando banderas de conveniencia de Panamá o Senegal, donde es conocida la laxitud con prácticas destructivas.

  • ¿Alberga esperanza en la clase política y diplomática, cuando hay un presidente como el de EEUU (que no es que carezca precisamente de océano) que dice que quiere autorizar la minería submarina incluso más allá de sus aguas?

  • No podemos esperar demasiado en las grandes conferencias. Necesitamos más valentía política por parte de los líderes. Especialmente en el tema de las áreas marinas protegidas.

  • P: Es un tema espinoso. ¿Se está envenenando el discurso del conservacionismo diciendo a los pequeños pescadores ‘es que mirad, en nombre del medio ambiente van a por vosotros’?

  • La conversación se ha polarizado mucho. Y no debería ser así. Cuando el público piensa en los pescadores, se imagina a los artesanales que ven en sus puertos. Y no se da cuenta de que, en realidad, cuando pedimos protecciones estrictas [de áreas marinas], nos referimos a las actividades de las flotas pesqueras industriales. Y muchas veces, esos pescadores artesanales, que generan empleo, alimentan a sus comunidades y sostienen economías locales, están en riesgo precisamente por no proteger esas zonas.

    Si no conseguimos mantener océanos con abundancia y resiliencia, en un futuro con mayor incertidumbre climática, más impactos negativos, más olas de calor marinas y más acidificación, corremos el riesgo de perder mucho más que la posibilidad de pescar en una zona protegida.
    Seguiremos trabajando para que los gobiernos nacionales tengan el coraje político de hacer lo que se necesita. Venimos a conferencias de la ONU, pero hacemos mucho más que eso. Es demasiado pronto para decir que es demasiado tarde.

1 Comentarios

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  • ·El problema del plástico, sobre todo, es la chusma tercermundista. Los ríos que transportan más plástico al océano están en Asia y de Filipinas ya para qué vamos a hablar. Una vez en México reprendo a un menor por arrojar una botella de plástico a un barranco verde y les pareció mal, incluso el padre del niñatito se reía. Con la gentuza, por el bien del planeta, mano dura. Ver adultos de América Letrina dejando vasos de plástico y envoltorios por las aceras en Madrid es otro cargo más contra el sociatismo sorosiano.