Las persistentes lluvias de marzo y comienzos de abril han retenido a la tropa de alérgenos que suelen flotar en el aire con el inicio de primavera. Pero la alergia al polen de este 2025 promete venir con artillería tras este inusual arranque de estación pasado por agua en la mayor parte de España. “Las lluvias intensas tienen un efecto de lavado del polen atmosférico”, precisa la bióloga botánica Carmen Galán (UCO), experta en alergias. Confirma desde el Hospital Ramón y Cajal de Madrid el alergólogo Darío Antolín (vicepresidente de SEAIC): “Muchos pacientes experimentaron un alivio de sus síntomas de alergia” en marzo. Pero esto está empezando a darse la vuelta. La lluvia combinada con temperatura suave es combustible para la floración y su polen.
- La clave. Ha llovido con persistencia en el momento justo para que florezcan con fuerza y escalonadamente distintas especies con potencial de generar alergia al polen. Antolín lo espera ver en las consultas en las próximas dos semanas. Sobre todo, en cuanto deje de llover. Esto, en un contexto de temperaturas invernales suaves.
La SEAIC ya había confirmado un adelantamiento de la temporada de alergia al polen (antes de las últimas lluvias). Pero incluso más que adelantarse, el aumento de las temperaturas medias anuales está relacionado con “una extensión de la temporada de polinización de muchas especies alergénicas”, apunta Galán. - Atención a estas especies. El plátano de paseo (Platanus × hispanica) –nada que ver con el platanero frutal Musa × paradisiaca– está a punto de irrumpir de manera explosiva, seguramente, en muchas ciudades, donde abunda como árbol de sombra. Le quedan algunas semanas al olivo, por su parte, aunque puede adelantarse si se superan los 18 °C de media diaria. Pero, ante tanta agua disponible, seguramente abunde en su floración.
Atención en mayo: “Este año, las gramíneas tendrán seguramente una floración más larga e intensa por las lluvias“. Y augura una “temporada complicada”, empezando por el sur, ya desde mediados de abril.
En qué ciudades de España se espera más alergia tras la lluvia de primavera
El sur peninsular suele presentar año tras año una mayor intensidad polínica, sobre todo en las grandes extensiones de olivar. Sin embargo, reconoce la doctora Galán que los periodos de sequía alteran el comportamiento de los vegetales y su floración, volviéndose algo más imprevisible.
Las flores se están “volviendo locas” con la emergencia climática
Reconoce el doctor Antolín que en la consulta están viendo “cómo la duración de los síntomas alérgicos en nuestros pacientes se está prolongando año tras año”. Esto, en parte, está ligado a periodos de floración más prolongados o encadenados entre especies. Pero el cambio climático está trayendo alternancia de sequía (que también hace que flote el polen más tiempo) con lluvias torrenciales más frecuentes o intensas. Esto (ligado a veces a tormentas) fragmenta el polen, liberando las proteínas que provocan alergias.
Así que la lluvia es una falsa amiga de las personas alérgicas. “Pero también de las asmáticas, porque esas proteínas alergénicas penetran más fácilmente en las vías respiratorias bajas“, como los bronquios, apostilla Galán.
- Un dato llamativo. Esta investigadora ha observado cómo en los últimos diez años, algunas especies –de gramíneas, sobre todo– han aprendido a sobrevivir “esperando a que haya algo de agua disponible”. Se pensaba que florecían cada vez antes, pero con la sequía eso cambia. La sequedad extrema también puede ser una aliada temporal de las personas con alergia (menos flores). Pero en cuanto llueve, aprovechan para florecer y producir polen. Por eso este 2025 puede ser peor.
Las soluciones no pasan por talar ni cegar alcorques, sino plantar variado
Aunque esta información ha arrancado con metáforas bélicas (las personas con alergia libran una verdadera batalla en su nariz y ojos), “las plantas o árboles no deben ser vistas como enemigas”, precisa Galán. Desde la perspectiva de la botánica, las soluciones se deben centrar en la gestión del entorno vegetal y no en echar la culpa a cosas que no la tienen, como los alcorques de árboles llenos de vegetación, que no suelen ser el foco principal de alergias, incluso tras unas lluvias intensas.
Un ejemplo: las ciudades han abusado de la plantación de plátanos de sombra. Es un árbol ideal, por muchos motivos, pero apostar sólo por una especie es una mala idea. “Hay que promover la diversidad”, restando espacio al monopolio de polen. Uno de los problemas urbanos con la alergia es que durante unas semanas, las personas afectadas se exponen masivamente a un tipo de polen concreto, cuando si hubiera más variedad, la cantidad de alérgeno flotando sería menor. Esto es importante, como recordaba a Newtral.es el biólogo Juan de Dios Alché, (Estación Experimental del Zaidín-CSIC). Para que haya alergia, tiene que haber una cantidad suficiente emitida al ambiente, que el grano sea pequeño y que contenga proteína alergénica. “No todo polen produce alergia”.
“No se trata de talar”. Se pueden podar adecuadamente para minimizar el impacto de su floración. Tampoco se trata de abolirlos. Pero Galán también defiende apostar por especies con menos potencial de generar alergias. Aunque el doctor Antolín reconoce que se encuentran con cada vez más gente alérgica a más pólenes distintos. Él cree que, en el entorno urbano, la contaminación está contribuyendo también al fenómeno, por cuanto es importante actuar recortando los niveles, tanto de tóxicos en el ambiente, como de CO2, que es alimento extra para las plantas.
- Informes regionales de previsión de alergia al polen 2025 de SEAIC
- Darío Antolín (SEAIC)
- Juan de Dios Alché (Estación Experimental del Zaidín-CSIC)
- Carmen Galán (UCO)