El 7 de febrero, España dice adiós a la mascarilla en los transportes públicos. El Consejo de Ministros aprobará el fin de su obligatoriedad ese día, por lo que –si no hay novedad– un día después empezará a desdibujarse el símbolo de la pandemia en uno de los pocos sitios donde se mantenía.
Se anticipa así una medida prevista para el fin de la temporada de enfermedades respiratorias, ligada al invierno. Sanidad entiende que los datos favorables de la evolución de las epidemias de covid y gripe sostienen esta decisión, toda vez que mantiene su recomendación. Pero, ¿cuáles son esos datos?
Covid estable tras la ola veraniega y tras la reapertura china
La retirada de la mascarilla en el transporte ya se discutió en la reunión de la Ponencia de Alertas del pasado 30 de diciembre. No estaba como tal en el orden del día, pero sí se acordó que se podrían retirar tras valorar el impacto de la reapertura de China a nivel global.
El 2 de enero llegó a Madrid el primer vuelo ‘normal’ procedente de China en casi tres años. En aquel caso, nadie resultó positivo en los tests rápidos que se hicieron aleatoriamente. Seguramente, desde entonces, hayan llegado pasajeros contagiados, de la misma manera que habrán viajado desde España otros tantos desde que se retomó la normalidad en los viajes internacionales.

En ninguno de los casos se ha acusado un impacto significativo en las cifras. Después de todo, el SARS-CoV-2 es un virus endémico en prácticamente cualquier rincón del mundo. Los contagios continúan de forma sostenida a nivel local tras la séptima ola, durante los meses de verano. El epidemiólogo Salvador Peiró (FISABIO), “lo previsible es que la incidencia se mantenga estable en los próximos meses, mostrando cierto nivel de transmisión (que podría incrementarse si nuevas variantes desplazan a las actuales) pero con limitado impacto en la hospitalización y las UCI”, explica en el SMC de España.
Según el último informe de Vigilancia centinela de Infección Respiratoria Aguda en Atención Primaria y en Hospitales, tanto el número de detecciones como la positividad se han mantenido estables (aunque no especialmente bajos) desde septiembre, en lo que a coronavirus se refiere.
Por otro lado, se maneja la estadística de contagios (que sí hay que declarar) en mayores de 60 años. A fecha de 18 de enero, se han registrado 97,64 casos por cada 100.000 habitantes de media en la última quincena. Se rompe la barrera psicológica de los 100 de incidencia, inédita desde la ‘era’ ómicron iniciada a finales de 2021. Los datos semanales anticipan que las cifras seguirán cayendo en todas las comunidades autónomas.
Esta semana, la letalidad del coronavirus entre las personas mayores ha registrado su cifra más baja de toda la pandemia, alrededor del 0,5% de quien se contagia, con más de 60 años, termina falleciendo. Eso sí, cada semana muere algo más de un centenar de personas –mayores de 80, sobre todo– por agravamiento de patologías al contagiarse de covid.
Sin más contagios donde no es obligatoria la mascarilla en el transporte
En Europa, sólo España mantenía hasta ahora la mascarilla obligatoria en el transporte público, junto a Alemania (que las quitará el 2 de febrero) y Grecia. Prácticamente el resto del mundo occidental ha sido un laboratorio sobre el impacto de retirar las mascarillas antes. Y en ningún caso se ha podido achacar una explosión de contagios a su abandono.
“Desde hace bastantes semanas –dice Peiró– no era esperable que el uso de mascarillas exclusivamente en el transporte público tuviera un impacto relevante sobre la transmisión o la hospitalización, por lo que era razonable retirar esta restricción que, por lo demás, ya se había hecho en la mayoría de los países europeos”.
En Japón, donde la mascarilla tiene cierta tradición, nunca fue obligatoria en tantos contextos como en España, si bien su uso se extendió de manera natural. No son obligatorias en el transporte, pero se mantienen como recomendación si no se puede mantener la distancia de 2 metros, si bien consideran que en aviones o trenes no son tan necesarias, puesto que suelen ser sitios bien ventilados (mecánicamente).
Hacia el fin de la epidemia de gripe pero con bronquiolitis alta
Las mascarillas sirven para evitar contagios de covid pero, también, de gripe. La temporada de ‘influenza’ está siendo extraña. Tras dos años con casos casi anecdóticos, el virus volvió a circular desde la pasada primavera, en lo que fue un amago de ola que se quedó en unos cuantos brotes.
Tras el verano, continuaron ascendiendo los casos, pero terminó por explotar, con incidencias propias de una temporada prepandémica, en el mes de noviembre. Se anticipaba casi dos meses respecto a lo habitual, eso sí.
El subtipo A H3N2 de influenza que circula es similar al que hay dentro de las vacunas (en su versión inofensiva). Explicaba entonces la epidemióloga Amparo Larrauri (ISCIII) que esperaban “que la efectividad de la vacuna frente a la gravedad que dé resultados un poco mejores que otros años por esa razón –explica Larrauri– pero el A H3 es un poco especialito”. Y así ha sido.

Se estima una tasa de hospitalización por gripe de 0,9 casos por gripe por 100.000 habitantes, que disminuye desde la semana previa. Por grupo de edad, las mayores tasas de gripe se han observado en el grupo de menores de 5 años de edad. La covid, eso sí, sigue doblando la tasa de hospitalización respecto a la gripe, sobre todo por afectar a mayores de 80 años.
En cuanto al VRS, responsables de las bronqilitis, el pico se superó en diciembre, tras una temporada anticipada y que ha llegado con mucha más frecuencia a los hospitales. Ahora se estima una tasa de VRS de 2,5 casos por 100.000 habitantes, que disminuye desde la semana previa. Por grupo de edad, las mayores tasas se observan en los menores de 5 años, seguido de los mayores de 79 años.
Alto grado de inmunidad por ahora… ¿incluso ante XBB.1.5?
Otro de los motivos que han retrasado una retirada de las mascarillas en el transporte tiene que ver con la posible introducción de nuevas variantes o subvariantes más contagiosas. Pero no ha ocurrido nada alarmante al respecto desde la ola veraniaga, con la subvariante BA.5.
¿Por qué sí hemos tenido una ola de gripe, de la que estamos saliendo, y no una de covid invernal? Sin entrar en que las dinámicas de ambos virus son distintas, Peiró recalca que “España tiene una población muy vacunada y muy infectada” por coronavirus. Y no es menos importante que no ha irrumpido una variante nueva y dominante. Hasta este invierno, eso era lo que determinaba la irrupción de nuevas olas, en ausencia de grandes restricciones a la circulación del virus.
Ómicron sigue instalada en el mundo. Y dentro de esa variante, una sopa de subtipos que conviven antes de alternarse, sin mayor afectación entre los humanos bien vacunados. El último informe de variantes del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias registra una sola detección de la subvariante XBB.1.5 en la última semana y no parece que por el momento esté encontrando mayor ventaja para propagarse que la predominante BQ.1.1.
Esto también puede indicar que las infecciones recientes con las ómicron más habituales ofrecen cierto grado de protección ante XBB.1.5. Y que las vacunas recién puestas (y actualizadas a ómicron) también están evitando contagios a corto plazo, además de la hospitalización y muerte. Pero esto sería sólo un indicio.
Mascarillas FFP2 en el transporte para quien quiera esquivar virus
Desde la Sociedad Española de Epidemiología precisan que, más allá del transporte público, su uso ya era antes recomendable “sea cual sea el lugar”, entre vulnerables y personas con síntomas de enfermedad respiratoria.
La OMS también ha puesto al día sus directrices sobre el uso de mascarillas. Por supuesto, las indica para quien tenga síntomas compatibles con COVID-19. Y, para protegerse, a las que corran un riesgo para tener un curso grave de esta enfermedad. Y, en la población general, para quien esté en lugares abarrotados, cerrados y con mala ventilación. En cualquier caso, conforme a la situación epidemiológica, las hospitalizaciones a nivel local, la inmunidad de la población.
Pedro Gullón, epidemiólogo social y experto en salud pública de la Universidad de Alcalá, piensa que “en general, el uso de las mascarillas en el transporte público es una medida no farmacológica con un efecto muy pequeño cuando se usa en solitario”. Incluso cree que se ha estigmatizado, hasta cierto punto, el transporte colectivo, cuando es la solución a otro problema, como el climático.
Pero, a diferencia de un entorno de ocio –por ejemplo– el uso del transporte público puede ser una obligación, igual que estar en una oficina, donde ya no era obligatoria la mascarilla. ¿Qué pasa si alguien se siente vulnerable ahora? Las mascarillas FFP2 han mostrado ser las más eficaces para la autoprotección en caso de encontrarse en entornos donde poca gente use ya el cubrebocas.
Desde más de dos años, está probado que las mascarillas funcionan. Incluso más de lo imaginado, frenando la transmisión. Por eso desde la Sociedad Española de Epidemiología piden encarecidamente que las personas contagiadas usen la mascarilla, ya que no son obligatorios los aislamientos.
El director del CCAES, Fernando Simón, quiso el martes dejar claro que “no es que se vaya a retirar la mascarilla, sino que ahora la población tiene que ser mucho más responsable. Cuando tenemos síntomas deberíamos utilizarla de manera responsable y si somos grupos de riesgo o vulnerables también. Hay que entender que nuestra salud afecta de alguna forma a la de los demás, sobre todo cuando hay una enfermedad infecciosa de por medio”, explicó tras una mesa redonda celebrada en Zaragoza.
Yo seguiré usándola en el transporte público ,es más tengo un viaje en tren a Barcelona ida y vuelta el mismo día y la llevare las tres horas que cuesta llegar desde Valencia,y vicebersa
En los trenes de alta velocidad hay unos sistemas de filtrado de aire muy efectivos. Que los políticos ineptos hayan mantenido las mascarillas en algunos de los interiores más seguros en cuanto a la transmisión de virus se refiere no debería hacernos perder la perspectiva de la ciencia y el sentido común. Salvo que tengas alguna patología importante (en cuyo caso, deberías usarla en todos los interiores concurridos y mal ventilados más que en el transporte bien ventilado) te recomendaría que no te autoflageles innecesariamente. Pero obviamente haz lo que consideres
Me parece muy bien yo siempre llevo conmigo la fp dos y aunque la quiten en el trasporte público yo la seguiré llevando como en sitios que hay mucha gente yo cogí mucho miedo cusndo salió el covid tarde dos años imedio en contaguiarme me lo pego mi madre y lo cogí suave