La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que forma parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) alertó en marzo a través de un informe de una “epidemia escondida” por el aumento del uso de sustancias en las personas mayores.
Esta semana, el Ministerio de Sanidad ha publicado una encuesta sobre el consumo de sustancias en mayores: un 22% de los encuestados mayores de 64 años asegura haber consumido hipnosedantes con o sin receta de forma diaria en el último mes.
El consumo de medicamentos en datos
Las personas mayores de 64 años consumen más hipnosedantes (se utilizan para el tratamiento del sueño y la ansiedad) y analgésicos opioides (para calmar el dolor) que los jóvenes, según los datos de la encuesta sobre alcohol, drogas y otras adicciones en mayores de 64 en España (ESDAM 2019/2020) publicada por el Ministerio de Sanidad.
Aun así, la sustancia más consumida por este grupo de edad es el alcohol: el 46,7% de los encuestados lo consumieron en el último mes, casi el doble que los hipnosedantes con o sin receta (24,8%), la segunda más consumida por esta franja de edad. En los jóvenes el dato es significativamente más bajo, ya que el 8,6% de los encuestados de 15 a 65 años han consumido hipnosedantes mientras que el 63% ha consumido alcohol en los 30 días.
Al ser preguntados por la prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas alguna vez en la vida, las sustancias consumidas por los mayores encuestados están centradas en su mayoría en sustancias legales: alcohol, tabaco, hipnosedantes y analgésicos. En relación a otro tipo de sustancias, el 4,6% aseguró haber tomado cannabis y un 1% cocaína en polvo o base.
En cambio, teniendo en cuenta el consumo de sustancias diario en los últimos 30 días, los hipnosedantes superan al alcohol en la franja de mayores de 64 años con un 22,2%. Estos medicamentos se utilizan para el tratamiento de problemas del sueño y la ansiedad, como explica a Newtral.es Carlos Roncero, Profesor Titular de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca.
¿Por qué se consumen hipnosedantes en esta edad? Como indica Roncero hay situaciones en las que se utilizan estos medicamentos para paliar los problemas del sueño u otros derivados del estrés que pueden tener las personas mayores, como por ejemplo por la muerte de un familiar.
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“El problema es que en muchas ocasiones estos tratamientos se toman de una manera crónica lo cual ya genera dificultades no solo desde el punto de vista psiquiátrico sino también médico”, apunta.
Exposición a los medicamentos
La falta de datos relativos a las personas mayores en este asunto dificulta estimar hasta dónde llega el problema, como explica el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA con sus siglas en inglés).
Según datos de la EMCDDA, “las personas mayores de 65 años consumen casi un tercio de todos los medicamentos que se recetan, entre ellos benzodiazepinas y analgésicos opiáceos”. Además, explican que el “abuso” de estos medicamentos recetados en personas mayores puede ser causado de forma involuntaria por el tratamiento.
Desde el observatorio, indican que a pesar de que las personas mayores acudan de manera más regular a centros de atención sanitarios, es “habitual” que los trastornos relacionados con el consumo de diferentes sustancias “se pase por alto” o se diagnostique de forma errónea.
El profesor Roncero también habla del mal uso de los medicamentos por los pacientes. “Hay un subgrupo de pacientes en el que los medicamentos de prescripción pasan a ser medicamentos mal utilizados ya no solo por el tiempo sino por las cantidades o porque se producen fenómenos de automedicación”, indica.
El paso de una generación
El informe de JIFE indica que los datos de Estados Unidos y Europa sugieren que el aumento del consumo de las sustancias se ha producido en países con ingresos elevados y que “podría ser el resultado de la Generación de ‘baby-boomers’” que alcanza esta edad.
Roncero cuenta que muchas personas que comenzaron a consumir diferentes sustancias siguen cumpliendo años y esto supondría que en las próximas estadísticas se detectarán más perfiles como los de la época “de los 50, 60 y dentro de unos años de los 70 que han consumido o siguen consumiendo este tipo de sustancias”.
Los consumidores mayores se pueden dividir en dos tipos, como explica la EMCDDA. Primero se encuentran los consumidores de iniciación temprana que han consumido a lo largo de su vida y persisten; y aquellos de iniciación tardía que han comenzado a consumir sustancias debido a algún acontecimiento “estresante de la vida” como por ejemplo puede ser la jubilación.
¿Una epidemia creciente?
El INCB indica en su informe de 2020 que se está produciendo un nuevo desafío, el “aumento de la vulnerabilidad de las personas mayores al consumo de drogas y la dependencia” a ellas. Para esta organización, la falta de datos en los países al respecto supone un problema que “ha provocado una falta de atención por parte de los gobiernos”.
Para Roncero, este es un campo que hasta ahora ha estado poco estudiado y además siempre se ha planteado el consumo de personas mayores como de “poca importancia” pero, como explica, hay estudios que indican que las consecuencias cognitivas son mayores que en los jóvenes y cuando son tratados se observa una mejoría.
“En este tema realmente hace falta concienciar” y “plantear que hay que hacer una intervención específica a las personas de esta edad porque los estudios que hay que hacer no son los mismos que en personas más jóvenes”, reflexiona. Por ello, Roncero cree que se debería potenciar la investigación y los programas de tratamiento.
Fuentes:
- Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE)
- Ministerio de Sanidad
- Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA con sus siglas en inglés)
- Carlos Roncero, profesor Titular de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca y Vicepresidente de la Sociedad Española de Patología Dual
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