Ni Laura ni Sofía imaginaron lo que supondría pasar dos días en casa con un bebé en su vientre que ya no se movía ni tenía latido. Ambas decidieron interrumpir su embarazo hace tan solo unos meses después de un diagnóstico de malformación fetal grave pasada la semana 20. En el hospital de Virgen de la Arrixaca (Murcia) les indicaron que podían derivarlas a una clínica privada que se encargaría del procedimiento completo o que podían optar por el llamado “método mixto” o “procedimiento en doble fase”.
Este “método mixto” implica básicamente que la mujer se somete a la primera fase del aborto médico o terapéutico (el feticidio) en una clínica privada y después regresa al hospital público para someterse a la segunda fase, la del expulsivo. Esta primera fase que el hospital externaliza es el feticidio —detener el latido del bebé con un fármaco—. Una vez la muerte fetal ha sido provocada, la paciente puede regresar al hospital donde se le inducirá el parto.
Externalizar el feticidio en Murcia, una cuestión ideológica de objeción de conciencia
¿Qué sentido tiene esta doble fase de los abortos terapéuticos o médicos en Murcia? En primer lugar, esta solo se realiza en gestaciones de hasta 22 semanas o menos. A partir de la semana 23, el feticidio no se externaliza, sino que se hace en el hospital público. Esto se debe a que en Murcia no hay ninguna clínica acreditada para realizar interrupciones pasada la semana 22.
Hasta que llegó este protocolo, las mujeres que requerían un aborto terapéutico pasada esa semana eran derivadas a otra comunidad autónoma. Pero en 2023, el Tribunal Constitucional declaró que esto era inconstitucional, por lo que no pueden derivar a mujeres a otra comunidad autónoma (al ser inconstitucional) ni pueden derivar estos abortos a una clínica privada (al no haber ninguna acreditada para realizarlos a partir de la semana 23).
Pero sí hay clínicas acreditadas para abortos hasta la semana 22. Así que aunque sean interrupciones terapéuticas o médicas como las de la semana 23 en adelante, en este caso sí se pueden seguir derivando a una clínica privada de la Región de Murcia. Una fuente del servicio de Obstetricia de La Arrixaca señala a este medio que “la mayoría de los médicos” de este hospital “son objetores”, aunque reconoce que “prácticamente ninguno de ellos está en el registro de objetores”. “A partir de la semana 23 tenemos que hacer las interrupciones, no hay más remedio. Pero conozco el sentir de mis compañeros y es más fácil cuando el bebé ya ha fallecido, por eso se externaliza el feticidio. Cuando el bebé viene muerto digamos que el médico objetor no lo pasa tan mal”, añade esta fuente médica.
Es decir, según reconoce este profesional sanitario, “se da al menos la oportunidad de que estas pacientes puedan realizar el expulsivo en el hospital porque así se les aplica el protocolo de duelo perinatal, pueden despedirse del bebé y demás, cosa que en la privada no”. Pero externalizan el feticidio por una cuestión puramente moral: ahorrar a los médicos el mayor número de feticidios posible.
Esperar 48 horas en casa con el feto sin latido dentro de ti
Tras someterse al feticidio en la semana 22 en el Instituto Ginecológico de Murcia, tanto a Laura como Sofía les administraron mifepristona. Según la pauta que les habían dado en el hospital, su cita para el expulsivo era dos días más tarde. Y es que tal y como exponen diversas guías sanitarias, este fármaco junto con el misoprostol ha demostrado una mayor tasa de éxito en los expulsivos donde hay muerte fetal, evitando tener que hacer un legrado posterior.
Así que según nos explica una fuente médica del servicio de Obstetricia de La Arrixaca, que las mujeres esperen 48 horas en casa tras el feticidio antes de ser atendidas “es un criterio técnico”. Sin embargo, las pacientes que interrumpen a partir de la semana 23, cuyo feticidio sí se realiza en el hospital, no esperan 48 horas en casa, sino que lo hacen en planta.
Según este documento técnico de la Sociedad Española de Contracepción, el uso de la mifepristona tras el feticidio puede resultar positivo para la paciente al reducir el tiempo de expulsivo y la posibilidad de legrado, pero además apunta que uno de los motivos para realizarlo así es que se reduce “el costo económico, ya que se puede dar el alta en el mismo día en la mayoría de los casos”.
Es decir, la administración de mifepristona implica necesariamente esperar entre 24 y 48 horas a que haga efecto, momento a partir del cual se administraría misoprostol (ya sí en el hospital) para comenzar la inducción del parto para poder parir al bebé fallecido. Por tanto, la paciente ya llega al hospital con trabajo hecho, por lo que el tiempo de atención médica se reduce.
El ginecólogo y obstetra Carlos Riesco, del Hospital Gómez Ulla (Madrid), explica que “teniendo en cuenta que externalizar el feticidio ya me parece injustificable, una vez realizado hay muchas cosas que se deberían tener en cuenta para atender a la paciente inmediatamente después en planta”. “Si tiene dolor se la puede atender o si tiene dudas o sufrimiento emocional, también. Aunque administres mifepristona y a nivel médico haya que esperar, el ingreso también es para hacer acompañamiento”, añade.
Riesco señala que “es cierto que una vez realizado el feticidio, el riesgo de infección es bajísimo y el de alteración de coagulación es extremadamente bajo, pero eso no justifica que no se tengan en cuenta otras cosas para tener a la paciente en planta”.
Sofía, por ejemplo, recuerda que tuvo “pinchazos y molestias de mucha intensidad”, sin saber si debía o no acudir a Urgencias. Además de la carga emocional de “tener que estar en casa pasando las horas siendo muy consciente de que tu bebé ya no se mueve”.
Laura explica que, en su caso, vivió con mucha “soledad y dudas” esa espera de 48 horas en su casa: “Notaba completamente su cuerpo sin vida dentro de mí. Me aterrorizaba incluso ir al baño por si la expulsaba ahí mismo. Sé que dicho así suena ridículo pero yo no soy médica. Me habría gustado estar en el hospital. Tener que estar casi dos días en casa fue algo traumático”.
Desde Newtral.es hemos contactado con el Servicio Murciano de Salud para conocer por qué se sigue externalizando el feticidio en abortos terapéuticos de menos de 22 semanas y la razón para no ingresar a las pacientes inmediatamente, pero no hemos recibido respuesta de momento.
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