El Gobierno no ha “volado las presas” en plena sequía, son barreras fluviales en desuso de menos de dos metros

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“Un Gobierno (...) que además se atreve, en un momento de sequía, a volar las presas”
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El líder de Vox, Santiago Abascal, ha acusado al Ejecutivo de ser “un Gobierno (…) que además se atreve, en un momento de sequía, a volar las presas”, dijo en un acto del partido celebrado en Almerimar (minuto 17:47). El partido repite una idea similar en su programa electoral: “Acabaremos con la destrucción de presas y embalses impulsada por motivos ideológicos en el territorio nacional” (punto 227).

Las construcciones demolidas son, en su mayoría, azudes o barreras fluviales obsoletas o abandonadas que no afectan a la capacidad de los embalses, ya que se trata de pequeños muros cuya función no es embalsar agua. La capacidad no ha disminuido en los últimos años. Al relacionar el derribo de presas con la sequía, Abascal hace alusión a una desinformación que circula desde hace meses y que ya verificamos en Newtral.es

Desde Newtral.es hemos consultado al equipo de Vox por estas declaraciones, pero no hemos obtenido respuesta.

La desinformación que vincula la sequía con la destrucción de presas

Aunque el líder de Vox no cita la fuente, un bulo viral en redes utilizaba una parte de los datos de los informes Dam Removal Progress de 2021 y 2022, elaborado por la Fundación Mundial de Migración de Peces. En ellos, se recoge el número de barreras fluviales demolidas en Europa en esos años, pero el bulo no precisaba que no se refieren solo a presas, sino que incluyen todo tipo de barreras fluviales, como azudes o pequeños muros cuya función no es embalsar agua. 

En el informe de 2021, la organización refleja que España derribó 108 de estas barreras, pero el 76% de estas estructuras de las que había datos era inferior a dos metros, y en 2022 supusieron el 71%, mientras que el 25% tenían entre dos y cinco metros.

La propia organización explica en su página web que su objetivo es “recuperar los ríos europeos” que, en muchos casos “están fragmentados por presas y azudes obsoletos”. Y añaden: “Si eliminamos estas barreras, podremos volver a tener ríos sanos y caudalosos llenos de peces para beneficio de todos”.

El derribo de azudes no afecta a la capacidad de agua embalsada, que se ha mantenido igual en la última década

En cualquier caso, el derribo de azudes no afecta a la capacidad de los embalses. Si se observa el Boletín Hidrológico, que se elabora a partir de los datos de las Confederaciones Hidrográficas, entre otros, se puede ver como la capacidad de almacenamiento de agua no ha variado. Por lo que estos datos desmienten que la sequía actual sea consecuencia del derribo de presas.

El último informe disponible, del 4 de julio, muestra que la capacidad de agua embalsada es de 56.069 hm³. Diez años atrás, en las mismas fechas de 2013, la capacidad de almacenamiento de los embalses era de 55.326 hm³. En 2005, el dato más antiguo disponible, la capacidad era de 53.217 hm³. Es decir, en todo caso ha aumentado un 5,4% en los últimos 18 años.

Los datos del Ministerio no reflejan una variación en el número de presas en uso

En la Estrategia nacional de restauración de ríos 2022-2030 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico precisan que se trata de actuaciones de restauración fluvial y que, “en muchos casos, los azudes o presas se encuentran en desuso ya que han cumplido su vida útil”.

Como se muestra en el gráfico, las actuaciones han tenido lugar a lo largo de los años, y no están vinculadas al contexto actual de sequía. El Ministerio cita cifras similares en su inventario.

En el informe también destacan que estas barreras fluviales son “obras formadas por azudes y presas con paramento vertical o inclinado y una altura media inferior a dos metros”, que estaban causando problemas en los ecosistemas. Por ejemplo, mencionan la “fragmentación de los hábitats fluviales”.

Además, resaltan que la demolición se ha centrado en “azudes o presas obsoletas, abandonados, en desuso o vinculados a usos cuya concesión haya finalizado y a concesiones que afecten a espacios protegidos”. Las operaciones, por tanto, no afectan a la capacidad de almacenar agua embalsada.

El inventario de presas tampoco muestra variaciones en las cifras. Los datos registran 660 presas de titularidad estatal y más de la mitad (54%) tienen menos de 15 metros de altura.

Resumen

Abascal ha acusado al Ejecutivo de ser “un Gobierno (...) que además se atreve, en un momento de sequía, a volar las presas”. Sin embargo, las construcciones demolidas son, en su mayoría, azudes o barreras fluviales obsoletas o abandonadas que no afectan a la capacidad de los embalses, ya que se trata de pequeños muros cuya función no es embalsar agua. 

Por tanto, consideramos que la afirmación es engañosa, ya que aunque estas demoliciones de pequeñas barreras fluviales se han producido, no han afectado a la capacidad de embalse de nuestro país ni han provocado o agravado la sequía.  

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