El secretario general de la ONU, António Guterres, ha asegurado este viernes que aún “no es demasiado tarde para limitar el calentamiento global y evitar el colapso planetario”. Pero ha advertido que vamos en la dirección inadecuada de manera muy gráfica: “No podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles”, ha dicho en su discurso. Las emisiones de carbono del sistema energético mundial crecieron un 0,9% en 2022 hasta un récord de 36,8 gigatoneladas.
Todos los años, la ONU apuesta por un claim más o menos repetido, tanto en las cumbres del clima como en la presentación de otros informes. Desde la metáfora del asteroide y el dinosaurio de 2021 a la idea de la “era de la ebullición global”, este pasado verano. En esta ocasión, el mensaje apunta directamente a las emisiones de las compañías fósiles, petroleras y gasísticas y a los estados y bancos que las financian.
Un dardo indirecto al país que acoge la cumbre, Emiratos Árabes Unidos. Casi un tercio de su economía depende de la producción y comercialización de gas y petróleo y su ministro de energía es el director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi (ADNOC), con sus emisiones de carbono derivadas.
Sin embargo, Emiratos no representa ni al país ni a la compañía fósil con mayor responsabilidad en la crisis climática. Hace algo más de dos semanas, el informe The Lancet Countdown hacía un repaso de las empresas fósiles nacionales y mundiales con mayor impacto en el aumento de la temperatura presente y, sobre todo, futuro, de acuerdo con sus planes de explotación e inversiones.
Las 20 mayores compañías fósiles duplicarán el límite ‘seguro’ de emisiones en el segundo tercio de siglo
“Tengo un mensaje para los dirigentes de las compañías de combustibles fósiles: no sigan apostando por un modelo de negocio obsoleto y lideren la transición a las energías renovables“, ha dicho Guterres. «Es la única vía para la sostenibilidad económica de sus empresas”. Pero en los consejos de administración no piensan lo mismo.
Conforme a la información sobre las actividades y emisiones reales de la base de datos Rystad Energy de las 20 mayores compañías fósiles, el equipo de The Lancet Countdown liderado por Marina Romanello es claro: “Los datos indican que, independientemente de sus afirmaciones y promesas, el compromiso de estas empresas de petróleo y gas ha disminuido aún más de 2021 a 2022”.
Las estrategias de producción de las principales compañías fósiles en febrero de 2023 generarían emisiones de CO2 o metano en 2030 un 48% por encima de lo exigido para que el planeta no se caliente por encima de +1,5ºC respecto a la era preindustrial. Esa es la temperatura límite acordada en la cumbre de París y que la ciencia actual ha evidenciado como umbral de seguridad para evitar los peores desastres e injusticias.
Con la senda actual, para 2040, las emisiones derivadas de las principales compañías fósiles (petrolíferas y gasísticas) se pasarían más de dos veces de los objetivos para limitar el calentamiento, en concreto un 173% de exceso. “Se trata de aumentos considerables respecto a las estrategias de las empresas de febrero de 2022, que habrían dado lugar a excesos de emisiones combinados del 43% en 2030 y del 112% en 2040”.
Guterres ha recordado los datos del panel experto IPCC ante el plenario de la COP28. Ha recalcado que se necesita una “eliminación gradual” de los combustibles fósiles “con un marco temporal claro alineado con 1,5 grados”. Es decir, producir cada vez menos petróleo, gas y carbón “regulando, legislando, poniendo un precio justo al carbono, poniendo fin a las ayudas públicas a los combustibles fósiles y adoptando un impuesto sobre las ganancias extraordinarias”.
Para Marina Romanello, “es preocupante que las empresas de combustibles fósiles asignaron solo el 4% de su inversión a energías renovables en 2022, lo que pone aún más fuera de su alcance un futuro saludable”.
Toque a la banca que financia a la industria fósil
Aunque algunos de estos aumentos se deben a un ligero endurecimiento de los objetivos para las cero emisiones netas en 2030, “siguen representando aumentos sustanciales”, según los autores del informe. Y si las grandes compañías de gas y petróleo salen mal retratadas, no salen mucho mejor las entidades financieras más poderosas.
Con los últimos indicadores actualizados en The Lancet Contdown, la inversión y los préstamos a combustibles fósiles están aumentando, contra lo exigido en las últimas cumbres.
Mientras, los gobiernos siguen incentivando la expansión de los combustibles fósiles. En 2020, 69 de los 87 países más emisores dieron subsidios a los combustibles fósiles por un valor neto de 305.000 millones de dólares; esto es la mitad de todo el presupuesto en salud y sanidad de una decena de países.
Los gobiernos subvencionaron con unos 300.000 millones anuales a la industria fósil, para algunos es la mitad que su presupuesto en salud.
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“Redirigir el sector financiero desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables limpias, la eficiencia energética y los sumideros de carbono es esencial para una transición justa y saludable hacia las emisiones netas cero”, dice el informe
La media anual de préstamos al sector fósil antes del Acuerdo de París (2010-16) fue de 549.000 millones de dólares. Los préstamos anuales aumentaron ligeramente en los años siguientes (2017-21) hasta 572.000 millones de dólares. Los siete principales bancos prestamistas, dominados por instituciones estadounidenses, representan el 39% del total de préstamos al sector de los combustibles fósiles en la última década.
Según el informe, los mayores prestamistas de combustibles fósiles (Citi, Wells Fargo y JP Morgan) en conjunto han hecho un progreso insignificante en la reducción de sus préstamos para combustibles fósiles. Tres bancos japoneses (Sumitomo Mitsui, MUFG y Mizuho Financial) dominaron los aumentos de inversiones fósiles. Por el contrario, cinco bancos europeos lideraron las reducciones de financiación de combustibles fósiles (Nordea, UBS, DNB ASA, Deutsche Bank y Credit Suisse).
Sin embargo, no todo son malas noticias para las emisiones de CO2 en el informe. Los préstamos verdes se han acelerado desde 2010 y se están acercando al nivel de los préstamos para combustibles fósiles.

- Discurso ante el plenario de António Guterres
- The Lancet Countdown, 2023
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